Bernardino Sánchez Bayo: «El mundo de la cultura es un complejo entramado empresarial»
Bernardino Sánchez Bayo (Granada, 1978) es licenciado en Bellas Artes por la Facultad de Bellas Artes Alonso Cano. Ha participado en exposiciones individuales como ‘La lírica del aire’, (La Madraza Centro de Arte Contemporáneo, Granada, 2020), ‘Creencias, querencias y otras verdades’ (Sala de exposiciones Juan Antonio Díaz, Cabra del Santo Cristo, Jaén, 2017), ‘Retratos’ (Sala del Torreón De Cotilla, Ogíjares, y Sala de Exposiciones Zaida, Caja Rural Granada, ambas en 2016), entre otras; colectivas como ‘30+5’ (Galería de arte Aurora Vigil-Escalera, Gijón, 2020), la de seleccionados y premiados XXXI Certamen de Pintura y Escultura “Ciudad de Álora” (sala de exposiciones La Cancula, 2019), seleccionados y premiados X Concurso de Pintura y Escultura “Figurativas 19”, (Barcelona, 2019), finalistas del XXXIV Concurso BMW de Pintura (Teatro Real, Madrid, 2019), por citar algunas.
Cuenta en su palmarés con una treintena de premios, entre los que destacan el 1º Premio XXXI Certamen de Pintura y Escultura “Ciudad de Álora” (2019), 1º Premio VII Certamen Internacional de Pintura Ramón Portillo / Ciudad de Motril (2017), 1º Premio “XVIII Certamen de Pintura de Villaviciosa” (2015), y ha sido finalista en otros muchos certámenes, algunos tan importantes como el XXXIV Premio BMW de Pintura (2019). Asimismo, disfrutó de becas como la Scarpia XVII, la de Paisaje de la Fundación Rodríguez Acosta o la Talens entre otras muchas. Su obra puede encontrarse, por citar algunas, en las colecciones del Ayuntamiento de Villaviciosa, Asturias, la Antonio López García, Tomelloso, Ciudad Real, la de Arte Contemporáneo de la Universidad de Granada, en los Dptos. de Pintura y Dibujo de la Facultad de Bellas Artes Alonso Cano de Granada, en el Fondo de Arte Talens de Barcelona, en la Fundación Rodríguez Acosta de Granada.
Como músico es guitarrista, bajista y compositor y ha formado parte de las bandas Soma, Mataiotekhnia, Snail Bounce, Svuco y Maniobra Heimlich, con la que se encuentra grabando su primer trabajo.
Fernando Jaén: Al contemplar las obras de pintores cercanos siempre me pregunto cómo alguien llega a ser pintor. ¿Quién te ha influido tanto como para que dediques tu vida a la pintura? ¿Cómo se enseña a pintar?
Bernardino Sánchez Bayo: Supongo que será como en cualquier otra profesión, vocacional. En mi caso no he tenido una influencia directa de nadie cercano para querer dedicarme a la pintura. Al igual que la música, ha sido algo que desde que tengo uso de razón ha formado parte de mí. Cuando eres niño es una forma de jugar y de descubrir el mundo; después se convierte en una necesidad vital y una forma de expresarte, para finalmente ser uno de los motivos de tu vida.
A pintar un cuadro se enseña/aprende como cualquier otro oficio, ya que sólo requiere del conocimiento y saber hacer de una técnica. Ese conocimiento técnico tangible se puede transmitir de una persona a otra y con él, la capacidad formal de que cualquier persona con empeño y unas directrices correctas sea capaz de ejecutarlo. Otra cosa muy diferente es crear una obra de arte, aspecto que requiere de otros procesos aparte de los puramente técnicos, y esto ya no es factible para cualquiera.
Javier Gilabert: Dos fáciles para empezar —muchas risas—: ¿Cómo describirías tu pintura? ¿Y cuáles son tus referentes en este campo?
Bernardino Sánchez Bayo: —Muchas risas— La describiría como “figurativabstracta”. Figurativa desde el punto de vista visual, pero abstracta desde el prisma factural, y teniendo siempre muy presente el contenido filosófico/conceptual y con el que me gusta mucho jugar, a través de la palabra, desde los títulos, para conseguir la creación de una imagen completa en contenido y forma, aspecto que considero debe ser la meta en este trabajo.
En cuanto a mis referentes… Son muchos y muy diversos; de hecho, nos haría falta una “entre2vista” completa para poder enumerarlos a todos —más risas—, pero por citar algunos y resumir en esencia las influencias en mi pintura, podría ser todo lo bueno (artística y pictóricamente hablando) que sucede desde Velázquez a Bill Viola, pasando por Marcel Duchamp, pero sin dejar de mirar antes del primero y después de segundo.
«A pintar un cuadro se enseña/aprende como cualquier otro oficio»
J.G.: ‘El olvido de la memoria’ (2010) es una sobrecogedora serie de cuadros que me fascina —hasta el punto de que ‘La puerta’, uno de los poemas de mi libro ‘En los estantes’ está inspirado en ella, así como la portada del mismo, y dedicado al artista (risas)—. Me encantaría que nos hablaras de ella.
Bernardino Sánchez Bayo: El olvido de la memoria es una serie que comienza sobre 2005 con unos retratos de mi abuela paterna. En ella se abordaba el tema del alzhéimer, la demencia senil, y en general todo lo que conlleva el ciclo vital y que termina siempre donde todos sabemos. Ese concepto como leitmotiv me llevó a investigar otras temáticas, entre ellas los interiores a los que haces referencia y con los que me siento muy cómodo. A día de hoy me siguen siendo válidos como excusa visual y referente para poder seguir contando historias, aunque lejos ya de ese olvido de la memoria. Es una serie con la que disfruté muchísimo y que llegó a su cénit en 2017.
Me llena de orgullo saber que mi trabajo sirvió como motivo de inspiración al tuyo, del que como sabes, soy admirador.
F.J.: En 2016 agrupaste una colección de retratos de distintas etapas tuyas en una exposición. ¿Qué significa el retrato para un pintor? ¿Es en sí mismo un arte?
Bernardino Sánchez Bayo: Aquella muestra de 2016 recogía una muestra de unos 50 retratos realizados exprofeso para un proyecto en la sala Zaida de Caja Rural de Granada. El retrato para mí significa el sumun de la pintura y un arte en sí mismo. Eso no quiere decir que todos los retratos sean arte y con total seguridad es la disciplina más complicada. Esto es debido a que requiere de un dominio absoluto del lenguaje de la pintura, de un conocimiento preciso de la anatomía y su comportamiento y funcionamiento a través de la mímica, para la precisa representación de la psicología humana, verdadero carácter de un buen retrato.
F.J.: John Ashbery ganó el Pulitzer de Poesía en 1976 con su libro ‘Autorretrato en espejo convexo’, un extenso poema que reflexiona sobre el autorretrato del pintor renacentista Francesco Mazzola, resultando al final el autorretrato del poeta una obra llena de preguntas e impregnada del inestable equilibrio de quien busca la belleza. ¿Hay algún autorretrato que te guste en particular? ¿Cuentas con algún autorretrato en tu obra o te has planteado alguna vez pintar uno?
Bernardino Sánchez Bayo: La verdad es que resulta difícil elegir un autorretrato en particular del vasto de la historia del arte, ya que artistas a los que admiro de cualquier época han dejado buena muestra de su vanidad —risas—. Pero por citar a algunos de los conocidos a modo de ejemplo: Durero, Rembrandt, Velázquez, Goya, Picasso, Freud, Sorolla… Aunque creo que nadie en la historia ha sabido rentabilizar su autorretrato como el gran Santiago Ydáñez.
Yo he realizado algunos a lo largo de estos 20 años que llevo en la pintura. Aunque no es una temática que me atraiga especialmente, creo que es algo recurrente cada cierto tiempo. El último me lo hice en 2016 y ahora mismo estoy trabajando en otro.
«Siempre me acompaña la música mientras trabajo»
F.J.: La fiereza animal, mostrada en ocasiones en la figura de un perro en tus cuadros es algo que me llama poderosamente la atención. ¿Es la naturaleza de lo salvaje una parte de tu obra?
Bernardino Sánchez Bayo: Más que la fiereza pretenden la potencia y nobleza que de forma natural poseen esos poderosos animales. El reflejo de esa fuerza ya se dejó ver en una serie que realicé entre 2006 y 2009 sobre enormes barcos mercantes. Me gusta representarlas de forma contenida, mostrando su poderío pero sin hacerlo evidente, sin convertirlo en alarde.
F.J.: También percibo en algunos de tus cuadros la presencia del silencio. ¿Cuál es tu relación como pintor con el silencio? ¿Cómo influye en tu pintura?
Bernardino Sánchez Bayo: Tal vez, supongo más bien ese silencio al momento de tensión calmo antes de un suceso o justo después de que ello ocurra. Influirme creo que poco, porque siempre me acompaña la música mientras trabajo. Pero sí que es verdad que como elemento pictórico está muy presente en mi trabajo, más allá de la temática representada.
J.G.: Acabas de añadir el XIV Concurso de la Fundación Agua Granada a la treintena de galardones que adornan ya tu palmarés ese puesto de finalista de la última edición del Premio BMW de Pintura el año pasado y el XXXI Certamen de Pintura y Escultura ‘Ciudad de Álora’ más el accésit del XXXIV Premio de Pintura de Jaén Emilio Ollero en el 2020. ¿Le estás cogiendo el tranquillo a esto de los premios, no -risas-?
Bernardino Sánchez Bayo: —Muchas risas— La verdad es que dicho así, la galería de trofeos parece más aparatosa de lo que realmente es. La estadística por desgracia juega siempre en contra, y por cada concurso en que premian tu obra a lo mejor has presentado a diez que no te seleccionan siquiera para la exposición, habiendo invertido tiempo, trabajo y dinero en preparar el concurso, la documentación requerida, el envío… Es una de las formas de darle salida al trabajo y rentabilizarlo, además de por supuesto la visibilidad y promoción que procuran.
FJ: Cuentas en tu carrera con algunas exposiciones colectivas. ¿Qué ventajas ofrecen este tipo de muestras? ¿Se puede atisbar en ellas algún tipo de rivalidad, o son, por el contrario, la muestra de una potencia que suma?
Bernardino Sánchez Bayo: Algunas más de un centenar -risas-. Cualquier tipo de muestra digna a nivel profesional en la que dar visibilidad a tu trabajo, siempre es una buena oportunidad. En cuanto a la rivalidad, como en todos los trabajos depende de los compañeros con los que se comparta. Puede ser un motivo para aunar fuerzas en un bien común que sume a la calidad del resultado final, o todo lo contrario.
«Cualquier creación artística, más cerca o más lejos, siempre termina pasando por la poesía»
J.G.: En plena “movida pandémica” expusiste de manera individual nada menos que en La Madraza tu ‘Lírica del aire’. ¿Existe una conexión entre esas obras y la poesía? ¿Cómo resultó, a pesar de lo complicado de la situación, la experiencia?
Bernardino Sánchez Bayo: Me pilló de pleno ya que la exposición se inauguró a principios de febrero de 2020 y estaba prevista casi hasta finales de marzo. Aun así mereció la pena y fue bastante gente la que pudo disfrutarla durante las cinco semanas que permaneció abierta. La lírica del aire fue un proyecto becado por el Plan 44 de ayudas para la producción de proyectos artísticos a artistas de media carrera, que concede la Universidad de Granada. Consistía en el desarrollo de un proyecto, su ejecución, y realización en una posterior exposición en la sala de exposiciones del Centro de Cultura Contemporánea de La Madraza, así como la edición del catálogo que lo recogía. Fue un placer pero a la vez todo un reto y una enorme responsabilidad, que tuve la suerte de poder compartir con la comisaria del proyecto Jennifer Rodríguez.
Creo que casi cualquier creación artística, más cerca o más lejos, siempre termina pasando por la poesía.
J.G.: Con la que está cayendo, especialmente en lo que a la cultura respecta, ¿se puede vivir del arte en este país?
Bernardino Sánchez Bayo: A día de hoy es bastante complicado mantenerse para la gran mayoría de artistas de cualquier disciplina, por la situación que nos ha tocado vivir. Aparte de eso, el mundo de la cultura es un complejo entramado empresarial, y al igual que sucede con los agricultores, por cada uno de ellos hay cinco intermediarios que son los que realmente se lucran.
J.G.: Conocedor de tu vena musical te imagino pintando con la música –de rock duro para arriba- a todo volumen. ¿Acierto? Y de ser así, ¿qué te música te inspira más?
Bernardino Sánchez Bayo: -Muchas risas— ¡Así es! Siempre con música, el tema del volumen y del tipo de música va en función de la apetencia de cada día. Aunque mi gusto natural se inclina normalmente hacia el rock en su más amplio contenido, escucho todo lo que me llega y me parece interesante y con calidad, sea del género que sea.
J.G.: Maniobra Heimlich es tu último grupo, aunque has pasado por otros como Svuco o Snail Bounce o Mataiotekhnia, ya sea a la guitarra o al bajo. Cuéntanos más sobre esta faceta de tu vida, quizá menos conocida.
Bernardino Sánchez Bayo: La música al igual que la pintura siempre ha formado parte de mi vida, no porque en mi familia hubiera especial interés por las disciplinas artísticas, sino porque ha sido algo que desde que tengo uso de razón me atraía de manera irresistible. Desde niño siempre me gustaba la idea de formar parte de un grupo de música, y el instrumento que siempre llamó mi atención fue la batería, pero en mi casa, como en el 90% de los hogares españoles en los 80´, había una guitarra española en un altillo dentro de una funda de cuadros. A partir de ahí, el tocar música siempre ha sido una parte muy importante para mí, aunque también es cierto que he tenido épocas de dejarlo muy aparcado.
Entre julio y agosto de 2020 grabamos el que va a ser el primer disco de Maniobra Heimlich, con seis cortes y que verá la luz en breve. Es un trabajo con el que estoy muy satisfecho y orgulloso, no sólo por ser el padre de la criatura a nivel compositivo, sino por el trabajo realizado por la banda, así como por el técnico Rubén Pamos que entendió a la perfección la propuesta de la banda.
J.G.: Música, pintura, ¿te has planteado alguna vez llevar a cabo algún proyecto multidisciplinar?
Bernardino Sánchez Bayo: Hasta ahora mismo, no. Considero cada disciplina lo bastante compleja y exigente como para tener ambos frentes abiertos a la vez —risas—.
J.G.: Después de tantos años en la profesión, ¿puede ser que te vea ahora más verde que nunca? —risas—.
Bernardino Sánchez Bayo: —Muchísimas risas— Muy verde, se podría decir que estoy en mi momento más “green-core,” total y absoluto.
J.G.: Nuestras entre2vistas finalizan siempre con el “Momento Carta Blanca”, en el que dejamos a nuestros invitados un lienzo en blanco para que la cierren como les apetezca. Aquí está el tuyo… (puedes hacerlo pintando si quieres; subiremos con gusto la foto –risas-).
Bernardino Sánchez Bayo: —Más risas— Ha sido un auténtico placer compartir con vosotros este ratito de conversación. Y para ilustrar el momento “green-core”, nada mejor que una imagen del estudio.
Obras de Bernardino Sánchez Bayo





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