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Ismael Ramos: «Sigo sin entender esa absurda división entre Ciencias y Letras, cuando la formación de la persona ha de ser integral»

Ismael Ramos. Foto de Carlos Pascual
Ismael Ramos. Foto de Carlos Pascual

Ismael Ramos: «Sigo sin entender esa absurda división entre Ciencias y Letras, cuando la formación de la persona ha de ser integral»

Ismael Ramos es licenciado en Derecho y doctor en Historia y Ciencias de la Música por la Universidad de Granada por su tesis doctoral Ángel Barrios, el compositor en su época. Es profesor de Enseñanza Secundaria y titular de las especialidades de Geografía e Historia y Música. En su condición de músico profesional, es el laudista del centenario Trío Albéniz, decano del pulso y púa español. Asimismo, cuenta en su haber con diversas grabaciones como pianolista. Su actividad investigadora ha sido reconocida hasta en siete ocasiones con sendos premios de investigación musical. Por otra parte, merece destacarse la obtención del premio Rosa Regàs por su libro Desmontando a Disney: hacia el cuento educativo (2009). También cultiva el género teatral. En este sentido, cabe mención de los diez microdramas representados por la compañía Histrión Teatro, trabajo que conforma el monográfico Los músicos también hablan, publicados en la Biblioteca Virtual de Andalucía. Es autor de numerosas ediciones musicales: grabaciones musicales, libros, partituras, artículos en revistas especializadas, etcétera. Ha participado en proyectos de calado como la recuperación y puesta en escena de la ópera La Pájara Pinta de Rafael Alberti y Federico Elizalde, así como la recuperación de obras inéditas de Francisco Alonso y Ángel Barrios, entre otros.

En la actualidad, forma parte de instituciones como Juventudes Musicales, donde ha recibido la mención de antigüedad por sus más de 25 años de pertenencia. Figura como sátrapa trascendente del IPG y es vicepresidente del Centro Artístico, Literario y Científico de Granada, institución en la está desarrollando un importante proyecto para la cultura de la ciudad, como es la coordinación para la celebración del primer centenario del Concurso de Cante Jondo.

Fernando Jaén: Tu tesis doctoral es un homenaje y un intento de revindicar la figura de Ángel Barrios. ¿Qué significó Ángel en tu carrera musical?

Ismael Ramos: Aunque mis preferencias musicales van por otro camino, desde siempre he interpretado obras de Ángel Barrios. Este compositor fue fundador y director del Trío Albéniz, por lo que gran parte de sus composiciones estaban escritas para estos instrumentos de pulso y púa y forman parte de su repertorio desde el origen del Trío.

F. J.: ¿Cómo influyó su obra en Granada?

Ismael Ramos: Lamentablemente Granada no ha cuidado ni mima a sus creadores. Barrios desarrolló casi toda su actividad artística en Madrid. Su influencia en Granada fue residual y aun hoy día sigue siendo una figura marginada.

«Lamentablemente Granada no ha cuidado ni mima a sus creadores»

F.J.: ¿Te gustaría que fuera más conocido entre el gran público?

Ismael Ramos: Por supuesto. Pero no solo su música. El personaje cuenta con un grandísimo interés. Fue catalizador de la cultura de su época. En torno a Barrios encontramos personajes de la talla de García Lorca, su compadre Manuel de Falla, su íntimo amigo Isaac Albéniz, los Machado, los Álvarez Quintero, Rusiñol, Zuloaga, Ángeles Ortiz… Créeme, la relación de artistas e intelectuales con los que se relacionó sería inagotable y todos ellos de primer orden.

F.J.: Eres miembro del Centro Artístico, Cultural y Científico de Granada, que de alguna manera refundó Ángel Barrios. ¿Qué ha significado este centro para Granada?

Ismael Ramos: Sin temor a exagerar, el Centro Artístico ha sido y sigue siendo un motor fundamental para la dinamización de la cultura y del pensamiento en esta ciudad.

F.J.: ¿Qué crees que sigue aportando hoy?

Ismael Ramos: Tras una época de decadencia, el Centro Artístico ha resurgido con mucha fuerza, gracias al impulso que le ha dado su actual presidenta, Celia Correa, con el apoyo de su equipo. Impermeable a intereses políticos y partidistas, esta institución cultural tiene trazado un programa muy sólido para dar visibilidad a todas las expresiones culturales de Granada, sin excepción. Actualmente vivimos un momento de efervescencia intelectual. Quiero pensar que asistimos a una nueva Edad de Plata y el Centro Artístico está siendo su crisol.

«Actualmente vivimos un momento de efervescencia intelectual»

Javier Gilabert: Probablemente las generaciones actuales poco saben de este buque insignia de la cultura granadina y andaluza. Como vicepresidente del Centro Artístico, Científico y Literario de Granada, ¿qué te gustaría que conocieran sobre él?

Ismael Ramos: Matizo. Soy uno de los cuatro vicepresidentes con que cuenta actualmente el Centro. Las generaciones de hoy deben saber que es una institución cultural muy, muy joven. Cuenta con tan solo 134 años de edad, pero con un espíritu de recién nacido. Han de saber que el Centro Artístico es ejemplo de tolerancia en su más amplio sentido. Allí siempre está vivo el debate, pero se gestiona con un absoluto respeto ante cualquier forma de pensamiento o expresión artística. La tolerancia es una constante y así lo confirma la mayor parte de su historia. En el Centro Artístico han convivido en armonía posturas políticas, ideológicas, estéticas y religiosas muy diferentes, y en la actualidad sigue ocurriendo. La puerta siempre está abierta para quien quiera trabajar por el progreso de la persona, aportando su grano de arena con el arte, la literatura o la ciencia. Este el único requisito y su principal objetivo.

J.G.: ¿En qué momento se encuentra ahora esta institución?

Ismael Ramos: De esplendor, absoluto esplendor. Su resurgir ha sido un milagro para la cultura de esta ciudad. Hace pocos años nos convocaron a una reunión en la que prácticamente se certificaba la defunción de esta centenaria institución, salvo que se activara un proyecto cultural de urgencia. Capitaneados por su actual presidenta, Celia Correa, un grupo de «adictos a las utopías» empezamos a trabajar y tras mucho, mucho esfuerzo y montañas rusas, se ha conseguido que hoy día el Centro Artístico sea el gran catalizador de la cultura local. Este proyecto es capaz de organizar diariamente y en paralelo hasta tres o cuatro actos. Hoy día es el mejor espacio para conocer cómo respira la cultura en la ciudad. Y todo esto, sin ayudas económicas de ningún tipo. El Centro Artístico se autogestiona económicamente únicamente con las cuotas de sus socios y esto le permite trabajar con absoluta libertad para el logro de su principal objetivo: el progreso de la persona a través de la cultura.

«El Centro Artístico trabaja con absoluta libertad para el logro de su principal objetivo: el progreso de la persona a través de la cultura»

F.J.: La cultura de una ciudad puede ser un reflejo de su tiempo, aunque siempre existe cierta rivalidad entre el canon y lo subversivo. ¿Cómo ves la cultura en Granada?

Ismael Ramos: Antes advertía la existencia de una efervescencia intelectual. En el plano literario, asistimos a un momento muy dulce. Casi a diario podemos ir a presentaciones de nuevos trabajos literarios o conocer las propuestas dramáticas nacionales gracias a la programación del Teatro Alhambra. ¡Bravo! Por otra parte y con bastante frecuencia aparecen nuevos proyectos editoriales con cabida para diferentes propuestas. No olvidemos tampoco el incremento de exposiciones de toda naturaleza (pintura, escultura, fotografía…), festivales de música (rock, indie, etc.) Pero no todo es optimismo. Me preocupa mucho la existencia de segmentos de la cultura donde la media de edad es preocupantemente alta, agravada con la práctica inexistencia de jóvenes en determinadas ofertas musicales.

F.J.: ¿Es el canon cultural hoy lo realmente subversivo?

Ismael Ramos: En mi opinión, no. Si nos centramos en Granada, echo en falta expresiones vanguardistas. La presencia del llamado arte contemporáneo es de cuentagotas. Me gustaría contar con planteamientos artísticos más transgresores, bien desde el punto de vista estético, bien como proyectos de cooperación artístico-social. Estos formatos existen y funcionan muy bien en otras capitales.

F.J.: Pronto se cumplirá el centenario del Concurso del Cante Jondo, que se celebró los días 13 y 14 de junio de 1922 y que impulsaron, entre otros, Manuel de Falla y Federico García Lorca. ¿Qué supuso ese concurso para la actividad cultural de Granada?

Ismael Ramos: Mucho se ha hablado de aquel acontecimiento y creo que todavía está por determinar su verdadera dimensión. De lo que cabe duda es de que fue un gran acontecimiento y no solo para la historia de Granada. Aquel Concurso puso en movimiento muchas ideas y a muchos actores. Si alejamos el foco del flamenco y de Granada, descubrimos que, en torno al Concurso, aparecieron corrientes estéticas, filosóficas e incluso posturas ideologías muy enconadas que dieron lugar a interesantísimos debates entre intelectuales. Permíteme una metáfora. Pensemos en el Concurso como una piedra arrojada a un estanque. Lo que más me interesan son las ondas concéntricas que generó. En el núcleo encontramos a Falla y Lorca, como no, pero también a Fernando de los Ríos y a los Giner de los Ríos, por ende a la Institución Libre de Enseñanza, a Herman Melville, André Gide o a John Brande Trend entre una interminable pléyade de artistas locales, nacionales y otros tantos extranjeros. En resumen, el Concurso fue mucho más que un concurso y es nuestro propósito trabajar para poner de manifiesto toda su dimensión.

«Me gustaría contar con planteamientos artísticos más transgresores, bien desde el punto de vista estético, bien como proyectos de cooperación artístico-social»

F.J.: Creo que estás preparando un itinerario para conocer mejor aquel acto, ¿qué nos puedes contar sobre ello?

Ismael Ramos: Formo parte de la comisión creada en el Centro Artístico para la conmemoración del centenario del Concurso de Cante Jondo. Recordemos que fue esta institución la organizadora de aquel acto hace casi un siglo. De alguna manera, el Centro Artístico está llamado históricamente a protagonizar también su centenario. Esta comisión cuenta con casi dos años de vida, durante los cuales hemos trabajado en diversos proyectos, tanto de programación de actos artísticos como de investigación. La información de mayor calado que puedo avanzar es que el Centro Artístico, junto a otras instituciones culturales, académicas y numerosas personas procedentes de diversos ámbitos de la cultura, ha promovido la creación de una plataforma, Granada 2022: Centenario del Concurso de Cante Jondo. En breve, haremos público nuestro manifiesto y la extensa relación de adhesiones.

J.G.: Me gustaría conocer tu opinión como profesor de Secundaria. ¿Ocupan las Humanidades el lugar que deberían en el currículo actual?

Ismael Ramos: En absoluto. Creo que una mayoría nosotros leemos horrorizados noticias que denuncian cómo la Filosofía, por citar la materia más reciente, queda arrinconada en los currículos. Podríamos seguir hablando de otras muchas como el Latín o, una de las que más me duelen, la Historia del Arte. Después de muchos años en la enseñanza, sigo sin entender esa absurda división entre Ciencias y Letras, cuando la formación de la persona ha de ser integral. Asisto con dolor a cómo la mayoría de nuestro alumnado se titula en ESO y abandona la enseñanza obligatoria sin haber tenido la oportunidad de conocer en detalle las principales expresiones y obras del arte universal, o de la belleza sin más (aquí también considero al pensamiento). Definitivamente, los actuales planes de estudio y currículos no permiten «inocular» en nuestro alumnado la semilla de la sensibilidad ante el fenómeno artístico. Esto me entristece.

J.G.: ¿Crees que se debería fomentar más el gusto por la música, el arte y la literatura desde la escuela?

Ismael Ramos: Cada vez es más necesario. Como os decía antes, es en esta etapa de la vida de la persona, durante su primera formación, donde debe promoverse la inquietud y el amor por la belleza. Es curioso que cuando las personas alcanzan su madurez, cuando se jubilan y dan fin a su etapa laboral, es cuando comienzan a interesarse por un instrumento musical, la pintura o hacen sus «pinitos» literarios. Parece que han esperado hasta ese momento de su vida para cultivar una forma de realización personal. Sin embargo, siempre estuvo ahí.

«La coeducación en la escuela requiere un proyecto más serio, alejado de discursos políticos oportunistas»

J.G.: En tu obra ‘Desmontando a Disney: hacia el cuento educativo’, hace ya una década que vienes trabajando en coeducación en las escuelas. ¿Hasta qué punto los modelos que llegan a nuestros jóvenes siguen fomentando la construcción de una identidad de género sesgada, tóxica?

Ismael Ramos: Asisto con tristeza a un estancamiento en ese sentido. La coeducación en la escuela requiere un proyecto más serio, alejado de discursos políticos oportunistas. Es necesario que los docentes estén formados en este sentido y, lo que es más importante, que estén realmente sensibilizados y concienciados de su necesidad. Al margen de esta crítica, los actuales estereotipos que nos inundan pocas veces se utilizan en las aulas como ejemplo de análisis, metodología que utilicé con Disney y que, al parecer, ha tenido cierto éxito. Ahora trabajo desmontando estereotipos sexistas en la música. Si me lo permitís os cuento mi última experiencia. En una clase reciente puse el vídeo de moda de Becky G. y Natti Natasha, Sin pijama. Tras su visionado pregunté cuál de las dos solistas cantaba mejor y por qué (silencio). Tras oír algunos comentarios jocosos y nunca relacionados con la calidad musical de las cantantes, me senté al piano y toqué algo técnicamente muy difícil. Entonces pregunté a mi alumnado si yo les parecía mejor músico que ellas. Una gran mayoría lo afirmó. Los invité a pensar en qué es entonces un músico y como profesión qué debe ofrecer.

J.G.: Juventudes Musicales es una institución en Granada. De ella han salido grandes músicos. ¿En qué momento se encuentra la música de nuestra ciudad y de nuestra comunidad autónoma?

Ismael Ramos: Ocupa un lugar de protagonismo en la escena cultural. No hay más que ver la programación de actos diaria. Raro es el día en que no se solapan diversas actuaciones musicales en Granada y, por lo general, con un alto nivel de calidad. En el ámbito de la enseñanza es significativa la aparición de nuevos modelos alternativos a los tradicionales conservatorios. En este sentido, tengo que mencionar las academias Gabba Hey (rock, pop, blues, jazz…) o Iniciativas Musicales, donde se desarrolla el método «antiacadémico» de enseñanza musical Willems. Sin embargo, toda esta bonanza musical encierra contradicciones preocupantes. Me refiero a la larga crisis que arrastra la Orquesta Ciudad de Granada, buque insignia de nuestro patrimonio orquestal, sin olvidar la fuga de talentos artísticos que sufre Granada desde hace décadas. Os pongo un ejemplo. Cuando voy a Madrid me rodeo de granadinos que están triunfando en aquella capital o incluso en escenarios internacionales. Ninguno de ellos se plantea regresar. Seguro que tenemos muchos nombres de granadinos en nuestra cabeza…

En cuanto al resto de Andalucía, no conozco en detalle su situación. Solo puedo decirte que aquellas ciudades andaluzas que he visitado por motivos artísticos responden al mismo patrón que Granada.

J.G.: ¿Hay futuro en la música?

Ismael Ramos: Estoy convencido de ello. Mi propia trayectoria profesional así lo confirma. No obstante, asistimos a un momento de cambios radicales de los paradigmas musicales. Las nuevas tecnologías han transformado todo lo que sea una experiencia musical. Este cambio radical obliga a repensar, precisamente, el modelo musical en todo su conjunto. Habrá futuro en la medida en que sea capaz de encontrar un lugar que le permita existir.

J.G.: A principios del siglo XX el Cervantes tenía programación continua de Ópera en nuestra ciudad. ¿Tendría cabida hoy en Granada un Teatro de la Ópera?

Ismael Ramos: Como sabemos, ese es uno de los grandes debates históricos, junto con el tren a Motril o la conexión con la Alhambra, entre otros. Soy amante de la ópera. Una vez al año y cuando el presupuesto me lo permite me regalo una visita al Teatro Real. El resto del año disfruto de la ópera a través de plataformas digitales que permiten incluso ver los estrenos desde casa. Cuando conoces los entresijos del montaje de una ópera, descubres que se asemeja a la producción de una película. No exagero si digo que son necesarios centenares de profesionales para poner en escena una ópera como las que ofrecen del Teatro Real o el Liceo barcelonés. Te contesto con una pregunta: ¿habría presupuesto y afición en Granada para mantener un proyecto de ese calibre? Mi respuesta no es optimista.

J.G.: Momento ‘carta blanca’. Cierra esta entrevista como te apetezca.

Ismael Ramos: Vaya por delante mi agradecimiento por abrir y dejarme participar en este foro. Me gustaría cerrar esta entrevista invitando a quienes nos lean a que se unan a cualquier causa, la que libremente elijan, para la defensa de la cultura. Creo firmemente que es en el arte, en la cultura y en la búsqueda de la belleza donde podremos encontrar eso que tanto tiempo llevamos buscando y llamamos felicidad, aunque sea en pequeños sorbos.

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Javier Gilabert / Fernando Jaén
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