El cineasta gaditano José Manuel Rebollo ha firmado su ópera prima, la película ‘Sola’, que aborda desde el suspense la temática de la salud mental
La nueva ola del cine andaluz sigue sumando obras meritorias a su filmografía. En los últimos meses añade a su catálogo un drama complejo con pinceladas fantásticas que aborda un tema de rabiosa actualidad como la salud mental. El asunto, no en vano, pasó por el Congreso de los Diputados el año 2021, y estuvo en el foco mediático tras el desafortunado grito en el hemiciclo de Carmelo Romero, entonces diputado del Partido Popular: «Vete al médico«, vociferó a Íñigo Errejón cuando pedía más psicólogos en la sanidad pública.
El debate de la salud mental se ha comenzado a tratar y actualmente se está socializando una problemática que había quedado reducida a la esfera privada. Nuestras ficciones han ayudado a abrir el melón. Sola, la película de Paracon Producciones dirigida por José Manuel Rebollo (El Puerto de Santa María, 1991), sigue su estela en las salas nacionales abordando la temática desde una mirada intimista: “Vivimos en un mundo dónde hay muchas realidades, y ahí es dónde entramos en juego los cineastas y aportamos nuestro enfoque”, explica el director gaditano, añadiendo: “es necesario que el cine toque temas tabú como la salud mental, pero no sólo este, sino muchos otros”.
Sola, como su propio nombre indica, cuenta la historia de Marta, una treintañera que un buen día es abandonada por su pareja y decide recluirse por voluntad propia en su vetusta casa, donde los fantasmas familiares se le aparecen misteriosamente. El largometraje aborda temáticas que ya trató el director en cortometrajes anteriores como la soledad, el duelo o las relaciones familiares: “Todo lo que ocurre en la película es ficticio, y lo he tratado de contar con naturalidad. He mezclado clichés de género: drama intimista, temas filosóficos, costumbrismo, incluso comedia. Lo divertido es mezclar cosas, arriesgarse”, explica el autor de la obra.
La película muestra el día a día de alguien que sufre una depresión “como el que está viendo una serie de fotografías pasar o como si yo fuera invisible y estuviera en la casa de esa persona grabándola a escondidas”, explica Rebollo, que ha intentado comprender al personaje, sin que “diera pena el personaje o se busque la lágrima fácil”.
La cinta ha sido rodada con economía de medios, supliendo la carencia de recursos con un gran sentido estético y recursos cinematográficos como la música o la ambientación: “Sola tiene limitaciones, pero nunca aburre, precisamente porque tiene muchas cosas que decir”. Para contar esta historia, el director ha huído de técnicas encorsetadas: “No tengo una obsesión por hacer la película perfecta. Sobre la marcha, y desde lo innato, voy creando. Lo innato me llama mucho la atención y lo he tenido muy presente, al igual que el riesgo. Creo que le aporta originalidad a la obra”.
El film, que guarda reminiscencias con la trilogía de los apartamentos de Roman Polanski, presenta una ambivalencia entre el miedo y la atracción a la muerte que, según su creador, es algo que “va ligado. De igual forma, el miedo, te puede atraer a la muerte o te puede producir rechazo hacia ella”, reflexiona Rebollo.
Sola, que estos días busca su futuro en las plataformas de streaming, ha sido rodada en Cádiz, una provincia que en los últimos años ha redoblado su apuesta por el cine: “Me gusta mucho que se esté rodando por estas tierras. Por suerte cada vez hay más gente que se dedica al cine en Cádiz, aunque quede mucho camino. Necesitamos que las productoras que vienen de fuera consideren contratar a profesionales de aquí. Es importante crear industria. Luego hay que darle visibilidad a las películas, y es difícil cuando se trata de películas pequeñas, por eso estoy agradecido a todo el que vea Sola”, concluye Rebollo.
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