Patricia Meza, una postura política sin poesía
La relación que existe con mis procesos creativos y mi compromiso social es íntima.
Patricia Meza Rodríguez, artista (Ciudad de México). 1971.
Conocí a Patricia Meza en mayo de 2019 en Barcelona. Yo viajaba desde Málaga para asistir a un seminario organizado por Douda. Centro de Investigación de Mujeres de la Universidad de Barcelona, concretamente se trataba de su XXX Seminario Público Internacional. En esta ocasión el encuentro giraba en torno a un tema tan socialmente escondido y callado como es el incesto, con un título muy revelador “El cuerpo se confiesa: el incesto”. Ella fue una de las primeras mujeres a las que conocí nada más llegar, ambas nos presentamos como desconocidas ante la emoción de un encuentro que iba a ser muy importante para nosotras.
Le pregunté si había venido expresamente de México para asistir y me respondió que ella era una de las ponentes. A las 12 de la mañana del día siguiente en el espacio feminista La Bonne Patricia comenzaba su intervención titulada “Salir de mí para encontrar la libertad de la grandeza femenina. El dolor del incesto”, un texto cuya lectura recomiendo y que se adelanta al grito de tantas mujeres que hemos conocido recientemente y que ha dado la vuelta al mundo “El violador eres tú”. Hablaba con la certeza que da el saber que lo que estás diciendo tiene que ser dicho por ti. Su tono era sereno, claro, pausado, suave. Todavía recuerdo el efecto desgarrador y al mismo tiempo liberador de sus palabras en nosotras.

Patricia trabaja con mujeres, es lo primero que me dijo de ella misma. Trabaja y acompaña a las mujeres. Se implica con organizaciones autogestionadas de mujeres que trabajan contra la violencia en forma de feminicidio y desapariciones, y también con las madres y padres de los 43 estudiantes desaparecidos en México, una triste historia que la justicia de los hombres no ha sabido de momento reparar. Pero a ella le queda la verdad de las madres, de las familias. Es por ello que encuentra la inspiración para sus creaciones en la vida cotidiana, utilizando materiales como la lana, tela o papel picado.
Realiza exposiciones en distintos puntos de su país, a las que acude con verdades en los ojos, repartiendo sentido a la libertad de las mujeres con la que trabaja en medio del caos y el desastre de violencia de muchos hombres. En 2012 expuso en Barcelona en el encuentro de arte Konvent. “No me muevo en el mundo del arte, estoy más en los procesos de acompañamiento en la calle”, me ha dicho. Desde que la conocí no dudé ni un momento en que tenía que ser conocida por nuestras lectoras y lectores. Le agradecemos su cercanía, y sobre todo, su mensaje.
La presencia del arte en tu vida, ¿responde a un deseo o a una necesidad?
Definitivamente a una necesidad, a una necesidad de poder decir en voz alta lo que me preocupa, con lo que no estoy de acuerdo, lo que me da miedo y me asusta. Una necesidad de decirle en voz alta a la sociedad y al Estado que no estoy de acuerdo con su política y con su forma de hacer o no hacer las cosas. Una necesidad de crear diálogo con quienes observan para poder reflexionar sobre lo que no entiendo o me sobrepasa como es la violencia y el dolor que conlleva el silencio en nuestras vidas.

Pensando en las lectoras y lectores de la revista, imagina que van a asistir a una de tus exposiciones, ¿qué van a encontrar y qué no van a encontrar en ella?
Van a encontrar una postura política sin poesía.
Algo que ocurre en los últimos tiempos es llamar “empoderamiento” al hecho de que las mujeres expresen su libertad femenina a través del arte ¿Qué piensas de esa palabra? ¿te identifica en tu proceso creativo?
Me parece que se ha explotado demasiado la palabra empoderamiento, quitándole todo el proceso que ella contiene porque es algo mucho más profundo que una palabra, es una transformación de fondo en la vida de una mujer y hoy día se pronuncia con mucha ligereza ante la toma de una decisión cualquiera que ésta sea de una mujer.
¿Si me identifica en mi proceso creativo? No, no me identifica ni en mi proceso creativo ni en mi vida, lo que me identifica es la relación de dos con otras mujeres, por ejemplo, cuando una madre a la que han asesinado a su hija, me comparte experiencias de vida entre ella y su hija como cuando viajaban juntas, por ejemplo.
Trabajas con madres de mujeres desaparecidas, muchas de ellas víctimas de feminicidio, ¿qué relación existe entre tus creaciones artísticas y tu compromiso social con las mujeres?
No solamente madres de mujeres desaparecidas, también trabajo con mujeres que tienen un hijo varón desaparecido o asesinado, es decir, más que trabajar acompaño en la medida de mis posibilidades a mujeres madres, a mujeres hermanas quienes tienen familiares lejos de su hogar sea por desaparición o por asesinato, no sé puede diferenciar el dolor de una madre ante la pérdida de una hija o un hijo, el dolor es dolor, un dolor infinito, lo que sí puedo decir es que cuando se trata de un feminicidio o la desaparición de una mujer, es posible notar con mayor claridad toda la estructura del sistema patriarcal que comete, protege y permite esta violencia sistémica en el cuerpo de las mujeres.
La relación que existe con mis procesos creativos y mi compromiso social con las mujeres es intima, es algo que no me puedo quitar pues son experiencias de vida compartidas que me trastocan y que una manera de procesarlo es a través del arte.
Se ha negado mucho la existencia de una escritura femenina, sobre todo desde la crítica literaria. ¿Ocurre lo mismo con el arte? ¿Hay una expresión artística femenina distinta de la masculina?
Sí, por supuesto. Cada vez más las mujeres nos expresamos desde el arte en temas que nos duelen, que nos preocupan, que nos asfixian como es el propio cuerpo de las mujeres o la violencia.
Para no dejar de soñar, cuéntanos tus próximos proyectos.
Quiero seguir creando, no solamente en el arte, quiero seguir creando vínculos con las mujeres, quiero seguir conociéndonos y acompañándonos, quiero seguir desde lo que hago apoyando a esas madres que han confiado en mí, dando voz a lo que nos duele pero que también ha hecho que nos encontremos.
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