Yolanda Dorda: «El dolor puede ser una fuente de aprendizaje y crecimiento»
Hay una frase de Rilke que refuerza la intención artística de Yolanda Dorda, el lugar hacia donde nos quiere hacer mirar: «lo bello es el comienzo de lo terrible que los humanos podemos soportar». Cuando una observa la obra de Dorda hay mucho de la trastienda de esta frase en los lienzos de la gallega, sobre todo, en ese trascender la dimensión plástica, una trastienda en la que conviven el erotismo, la infancia, el misterio y lo sublime. Lo íntimo. Dorda sabe, en todo momento, lo que se trae entre manos, el terreno que pisa – y cómo hay que pisarlo- en el mundo del arte y su vinculación con la belleza como velo, como aquello que ata las muñecas del asombro y se convierte en algo punzante.
Si nos centramos en la serie de obras eróticas, quizá la que mejor define su trabajo, su interés reside en pensar el deseo, su sentido y ejercicio, en una realidad que le ha puesto precio y marco teórico. El precio es la desaparición de la intimidad y el marco teórico las redes sociales. El deseo se ha vuelto algo mecánico, aquello que se debe adaptar a los intereses propios.
Y Dorda lo pinta tal como es libre y desbordante, alejado de exhibiciones ligadas a comportamientos infantiles y narcisistas motivados por las nuevas tecnologías. Por sus lienzos, deambulan cuerpos de mujeres conscientes de sus cuerpos, del placer de lo íntimo; cuerpos de mujeres libres que no buscan ser otras en cuerpos de otros, que no especulan ni precisan ser contadas por otros para saberse deseadas. Tener sentido únicamente en el otro nos reduce a seres serviles y la mirada de Yolanda Dorda es la mirada de una libertad que nunca debimos vender, una mirada disidente. Por eso su obra es tan poderosa.

Quiero empezar esta conversación planteando como punto de partida la vinculación de tu trabajo artístico con la reflexión que realizas en torno al deseo contemporáneo. Tu trabajo suele mostrar – que no exhibir- cuerpos de mujeres subyugados, también deseados y deseantes. En cierto modo, exploras la sexualidad humana y el placer desde lo crítico, dimensión propia del lenguaje artístico. ¿Te adentras en este territorio con una mirada política? ¿Es tu intención primera?
Mi mirada es muy íntima y personal, nunca tiene una intención política, parto de lo que siento en ese momento, pero muchas veces, mis obras terminan siendo reivindicativas en algún aspecto.
Por qué te inclinas, como creadora, por la reflexión artística en torno al placer, al deseo, al sexo, en un tiempo en el que estos tres ámbitos de lo humano, esenciales para entender la actividad de lo humano, quiero decir, están deformados e hipertrofiados por las nuevas lógicas relacionales derivadas de las redes sociales.
Es cierto que las redes sociales y las nuevas tecnologías han tenido un impacto significativo en la forma en que las personas experimentan el placer, el deseo y el sexo, y en cómo estos temas se abordan en el arte y la cultura en general. Muchas personas ahora buscan la gratificación instantánea y la validación a través de las redes sociales, lo que puede llevar a una hipersexualización y objetivación de los cuerpos, especialmente de las mujeres.
En este contexto, la reflexión artística en torno al placer, al deseo y al sexo puede ser especialmente importante para abordar estos temas de manera crítica y reflexiva, y para promover una mayor conciencia y comprensión de cómo las nuevas lógicas relacionales pueden afectar la forma en que las personas experimentan estos aspectos de la vida humana.
Además, el arte puede ser una herramienta poderosa para cuestionar las normas y expectativas culturales en torno al sexo y el deseo, y para promover una mayor diversidad y aceptación en cuanto a las prácticas y expresiones sexuales. En lugar de perpetuar las dinámicas problemáticas que surgen de las nuevas lógicas relacionales, el arte puede ofrecer una visión más crítica y matizada de estos temas, y puede ayudar a fomentar una mayor comprensión y respeto por la diversidad humana.
Es muy curioso todo lo que nos está atravesando como condición humana en el ámbito de lo íntimo. Foucault ya advirtió sobre que nuestra contemporaneidad sería la encargada de prestar la atención debida al sexo, «decir la verdad sobre el sexo». Intuyo que el pensador francés no contaba con la presencia invasiva de las redes sociales ni con la cultura del algoritmo que condiciona los cuerpos de las mujeres en el ámbito tecnológico. ¿Crees que esa mirada que imponen redes como Instagram, por ejemplo, una red importante para los creadores plásticos, puede llegar a afectar a al mercado del arte?
Las redes sociales, como Instagram, han cambiado la forma en que las personas ven y consumen el arte. Por un lado, la accesibilidad a la obra de arte se ha ampliado enormemente, permitiendo a los artistas llegar a una audiencia global sin la necesidad de exponer en galerías de arte físicas. Por otro lado, las redes sociales pueden ser muy invasivas y pueden condicionar la percepción de los cuerpos y el arte que se muestra en ellas.
En cuanto a si esta mirada que imponen las redes sociales puede afectar al mercado del arte, es posible que sí. Las redes sociales pueden influir y pueden favorecer ciertos estilos o tendencias en detrimento de otros. Sin embargo, también hay que tener en cuenta que las redes sociales pueden ser una herramienta valiosa para los artistas, ya que les permiten conectarse directamente con su público y promocionar su trabajo de manera efectiva.
«Es importante que se fomente una cultura de aceptación y respeto por la diversidad corporal y se promueva una imagen más realista y auténtica de la belleza femenina»
¿Y a los cuerpos de las mujeres? Aspecto central de tu trabajo…
Las redes sociales pueden afectar especialmente a la percepción de los cuerpos de las mujeres debido a la presión social que existe en la sociedad actual para cumplir con ciertos estándares de belleza y perfección física. Las imágenes retocadas y filtradas que se comparten en estas plataformas a menudo presentan una imagen irreal de la belleza femenina, que puede llevar a las mujeres a compararse con estos estándares inalcanzables y desarrollar problemas de autoestima y confianza en sí mismas. Es importante que se fomente una cultura de aceptación y respeto por la diversidad corporal y se promueva una imagen más realista y auténtica de la belleza femenina. Además, es importante que los usuarios sean críticos con la información que consumen en línea y se esfuercen por desarrollar una apreciación más auténtica del arte y la diversidad corporal.
Me interesa mucho tu opinión sobre la distancia, y sus consecuencias, entre el mercado del arte y los creadores.
El mercado del arte y los creadores a menudo están separados por una gran distancia, tanto geográfica como económica y cultural. Esto puede tener consecuencias negativas para los artistas, ya que pueden sentirse alienados o marginados del mercado del arte y luchar para hacer que su trabajo sea reconocido y valorado.
Una de las principales razones de esta distancia es la naturaleza comercial del mercado del arte, es que galeristas y coleccionistas a menudo buscan obras de arte que sean comerciales y que puedan venderse fácilmente, en lugar de apoyar a los artistas que tienen una visión más única o arriesgada. Esto puede llevar a que se favorezcan ciertos estilos o tendencias en detrimento de otros, lo que puede ser desalentador para los artistas que trabajan fuera de estos marcos.
Además, el mercado del arte puede ser muy elitista y exclusivo, lo que puede hacer que sea difícil para los artistas emergentes o menos conocidos ingresar en este mercado y obtener la atención y el apoyo que necesitan para desarrollar su carrera.

La mirada de la persona que observa tus lienzos resulta fundamental, de hecho, puede llegar a determinar el sentido y significado de tu trabajo. Cada lienzo ofrece una narrativa concreta, una narrativa que puede verse alterada por la persona que observa, por su biografía, por su género. Ese indagar a través de la mirada de un espectador activo es audaz, desde el punto de la creadora, pero ¿no te da miedo conceder tanto espacio a la mirada de la persona que contempla la obra?
Para mí lo más importante es que la obra provoque una respuesta en el espectador y que se genere un diálogo significativo a partir de ella. Es cierto que la interpretación de la obra por parte del espectador puede variar en función de sus propias experiencias y contextos personales. Pero esto también puede ser una oportunidad para que el artista explore diferentes perspectivas y lecturas de su obra, enriqueciéndola y dotándola de nuevas capas de significado.
Cada lienzo que elaboras, que piensas, contiene una fuerte carga pictórica y poética. Sobre la primera, ¿el centrarte en una textura cromática concreta es algo que has ido incorporando a tu proceso creativo o te acompaña desde el principio?
Hay una parte de búsqueda desde el principio y otra intuitiva, según el estado de ánimo que tengo, surgen y busco diferentes tonalidades. También influye la temática en la que estoy trabajando, siempre busco una paleta cromática acorde con lo que quiero expresar. Por ejemplo, cuando pinto sobre sexualidad tiendo a usar tonos más rojos. Pero en otras ocasiones introduzco un tono nuevo y juego con él hasta que agoto todas las posibilidades. El juego comienza cuando voy a comprar colores. Soy como una niña en una tienda de chucherías.
«La vida y la alegría adquieren un mayor significado cuando se entienden desde la perspectiva del dolor»
Sobre lo segundo, sobre esa carga poética tan contundente que existe en cada lienzo, en el ámbito de lo íntimo, ¿sabemos lo que necesitamos, lo que queremos? ¿Lo que nos gusta y no?
En cuanto a si sabemos lo que necesitamos, lo que queremos y lo que nos gusta, creo que estas cosas pueden ser muy subjetivas y pueden variar de persona a persona. A menudo, nuestras necesidades y deseos cambian con el tiempo y con nuestras experiencias. Creo que la carga poética en una obra de arte puede ser una forma poderosa de conectarse con las emociones y los sentimientos que a menudo no se pueden expresar con palabras.
El poeta José Hierro decía que la vida y la alegría se entendían desde el dolor. ¿Hay algo de esto en tu trabajo?
Si, yo creo que el dolor puede ser una fuente de aprendizaje y de crecimiento para el ser humano y en este sentido, es posible interpretar la vida y la alegría adquieren un mayor significado cuando se entienden desde la perspectiva del dolor, ya que éste puede ser una experiencia que nos permita valorar más los momentos felices y nos enseñe a apreciar los pequeños detalles de la vida.
El bienestar de las personas se relaciona con la satisfacción de las necesidades íntimas, sexuales y eróticas. ¿Te interesa indagar en este aspecto de la condición humana?
Me interesa indagar en todos los estados del ser humano, pero no de una manera intencionada sino de una manera intuitiva a modo de catarsis. Las temáticas en mis cuadros no surgen de una manera consciente fluyen de una forma natural y espontánea como una necesidad y de manera casi obsesiva pero no hay una intencionalidad. Tampoco trato solo la sexualidad y el deseo, en mi obra creo que es muy importante tocar todos los aspectos que giran en torno al crecimiento personal. Desde la infancia hasta la muerte pasando por las diferentes etapas vitales del ser humano.
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