Guitarra Roja
«El anarquismo exacto es como el cristianismo, pura bondad» Martín Castro
Entre la sucesión de aforismos que enumeraba Facundo Cabral a modo de introducción para No soy de aquí ni de allá, uno de sus temas más populares, se encontraba uno en la que proclamaba que él no era la libertad, sino quien la provocaba. Una forma de señalar a aquellos que en vez de contemplar la luna, el mensaje, se quedan mirando el dedo.
Facundo murió asesinado en Guatemala, en 2011, al ser confundido después de una actuación con el empresario que lo acompañaba al hotel, que como se supo más tarde, además de promotor de conciertos tenía ciertos vínculos no resueltos con narcotraficantes.
Entre los muchos referentes que tuvo Facundo se encontraban Jesús de Nazaret, Walt Whitman, Atahualpa Yupanqui, Jose Larralde o Martín Castro, uno de los padres de eso que posteriormente se llamó canción protesta.
El pacífico insurrecto argentino, apodado por sus contemporáneos de principios del s.XX como El Payador Rojo o El cantor de los caminos es recordado por dos poemas; El huérfano, que inmortalizó en un tango memorable Carlos Gardel y Guitarra Roja, un poema publicado en 1928 que revive como letra de la canción homónima que cierra Zona Temporalmente Autónoma, el magistral noveno disco de Los Planetas.
Diez minutos en los que la cadencia y la atmósfera, los desarrollos oníricos y la distorsión del grupo granaíno te atrapan mientras rememoran la rebeldía, la lucha y el anarquismo compilados en los versos libertarios de Martín Castro.
Ven guitarra libertaria, libertaria y redentora
del que sufre y del que llora, del delincuente y del paria
Tu acorde no es la plegaria del servilismo indecente
El bardo altivo y valiente que te pulse entre tus manos
cuando esté ante los tiranos sabrá atacarlos de frente
Guitarra que entre mis manos vibras y ruges conmigo
fiel amiga de este amigo, pregón de versos humanos,
en tus trinos soberanos el libertario cantor
se inspira en versos de amor, de rebelión y templanza,
augurando una esperanza a los hijos del dolor.
Deseo mi redención y vivir sin vividores
que con los trabajadores hacen vil explotación.
Política y religión desaparezcan del mundo,
y al abismo más profundo caigan violentamente
los reyes y presidentes y sus cortejos inmundos
Que el pan que el obrero amasa coma con dicha cumplida
y que el derecho a la vida no tenga trabas ni tasas,
que el albañil tenga casa y el sombrerero sombrero,
que no se robe al obrero el fruto de su trabajo
y que no haya más esclavos, políticos ni guerreros.
Que dos seres que se aman sean libres para amarse
sin tener que arrodillarse ante un zángano haragán
Deseo con gran afán llegue el venturoso día
que hundamos la tiranía en el pozo del pasado
un amor sea libertado y se implante la anarquía
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