La verdad, el conocimiento y la libertad
¿Dónde están los músicos? Se preguntaba el otro día Ismael Serrano tras un repaso breve a lo que sería la historia del compromiso dentro de los músicos españoles desde los cantautores de los 70 hasta nuestros días. No miren a Mario Vaquerizo, no es músico.
Interesante reflexión aplicable a los artistas más pendiente del continente que del contenido.
A finales de los 90, cuando Ismael compuso Km.0, uno de sus himnos, Los Planetas tocaban en el motor de un autobús «porque seremos cientos por cada una de los vuestros…» mientras ese horizonte llega, Jota formó con Manu Ferrón -otro que ve bien de lejos– el germen de lo que hoy es el Grupo de Expertos Solynieve.
Eligieron tomar el nombre de dos jugadores del Granada FC de los años 70, Aguirre Suárez y Montero Castillo, iconos para defender una forma de pensar y sentir. Muchos al principio se lo tomaron a broma, Jota cantando en andaluz… Parecía un entretenimiento pero, ¿quiénes eran esos centrales?
Formaban parte de trío latinoamericano que jugaba en el Granada de los 70. Aguirre Suárez vino a Granada para jugar de central mientras cumplía una sanción de dos años en Argentina… Defendía con todo: patadas sin balón, codazos, insultando, intimidando,… hasta tenía alfileres escondidos en el pantalón. En Bilbao -El Athletic de Javier Clemente- le tenían auténtico pavor. Montero Castillo, siendo el poli bueno de esta dupla era mucho más contundente que Pedro Fernández, el paraguayo que cerraba el trío, que esa temporada le partió el cuádriceps en dos al artista madridista Amancio Amaro. Con esta defensa no había bromas.
Solynieve, desde su primer album han llenado su cancionero con innumerables perlas; ¿por qué no te largas de aquí? El eje de la tierra, 2011: Si escuchas la letra puede ser que te des cuenta de que siempre te decimos la verdad». «Esto tenía que explotar por alguna parte, alguien tendrá que largarse que yo no me pienso largar» reflexión de El Sur, el mediodía y la libertad, Alegato meridional, 2006 o el tema homónimo del disco «Una forma ideal de dejar de pensar para seguir dando guerra…».
Esta semana Grupo de Expertos Solynieve presentaba en directo Colinas Bermejas, su último Ep con cuatro canciones llenas de intención: Ni que me manden a mí, no quiero mandar en nadie… (Fandangos de la libertad), Cuando no tienes nada, no tienes nada que perder… (Ola de calor), Este páramo sombrío, tiene que florecer pronto (Sahariana) o Los dioses que adoráis, los dineros y los ejercitos que acumulas no te van a ayudar… (Año nuevo).
Como el de los teloneros Pájaro Jack, la banda de Jaime, Arturo y compañía gestionó su tiempo de maravilla con los temas de su segundo álbum Vuelve el bien, especialmente con El bien, El frente polar y Volveréis por mí. Me encantaron.
Tras ellos -y con llenazo absoluto en el Lara- el Grupo de Expertos Solynieve. Se les echaba de menos, llevaban casi dos años sin tocar en Madrid -desde que presentaron El eje de la tierra– y cumplieron las expectativas de todo el público con un discurso perfectamente estructurado, y eso a pesar de los ligeros problemas que tuvo al principio Manu Ferrón con el sonido del ampli que le correspondía o la cuerda que se rompió de la Telecaster de Chico Lapido que solucionó minutos antes de tocar los primeros acordes de La Reina de Inglaterra, uno de los momentos cumbre del concierto… Donde no faltó una parte del público pidiendo que tocaran el 11, en Madrid.
Empezaron con los Fandangos de la libertad, que junto a Ola de calor fue la mejor en directo del nuevo Ep, no tocaron Sahariana, por algo sería, mientras, fueron intercalando en una emisión telepática andaluza y universal temas de toda su discografía, no faltaron los ya clásicos La nueva reconquista de Graná, Claro y meridiano, No me hace falta, Dime, La balada de buscando mi destino y Déjame vivir con alegría, esa ironía de las Vainica Doble en los 70.
Me gustó mucho Tú, misionero de Dios, esa copla que forma parte de Juan del Pueblo, historia amorosa popular que Francisco Rodríguez Marín dedicó en 1882 a Demófilo y que recoge muchos cantes populares de la época narrando como ocurre con esta copla el encuentro de Juan con un misionero al que le cuenta sus penas de amor… Esta copla la cantó, creando escuela por peteneras, Medina el Viejo.
Antonio Chacón, la Niña de los Peines o Pepe de la Matrona, el último árabe del cante andaluz, fueron algunos de los que mejor recogieron el testigo.
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