Y de confirmar la importancia esencial del texto fundacional de la UNESCO, que sobre la base ética de la igual dignidad humana, proclama que la educación consiste en formar a personas “libres y responsables”. Estas cualidades son las que anunció D. Francisco Giner de los Ríos pronto hará un siglo, al definir la educación como la capacidad de “dirigir con sentido la propia vida”. Y de actuar en virtud de las propias reflexiones y nunca al dictado de nadie ni de nada.
Y de releer el artículo 26 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Y el texto de la “Educación para todos a lo largo de toda la vida” (UNESCO, 1990). Y el “Plan Mundial para la Educación en Derechos Humanos y Democracia” (Montreal, 1993) y “La Educación es un Tesoro” (Informe sobre la Educación en el siglo XXI” de la Comisión presida por Jacques Delors, UNESCO, 1995). En este excelente informe se señalan cuatro grandes capítulos de la enseñanza:
- Aprender a conocer.
- Aprender a hacer.
- Aprender a ser.
- Aprender a vivir juntos.
Yo añadí “aprender a emprender” y “aprender a atreverse”. Sobre todo, no aprender a tener sino a ser. A ser plenamente.
En educación superior, los informes anuales de GUNI (Grupo Universitario) son realmente excelentes…
Aquí no valen maniobras partidistas, cortoplacistas, interesadas. Abordar con gran rigor este tema crucial, auténtica piedra angular para la construcción del futuro que soñamos bien despiertos, es una exigencia ética. Ténganlo en cuenta. Piensen, únicamente, en “las generaciones venideras”, como nos señala la Carta de las Naciones Unidas.
Artículo 26 – Declaración Universal de Derechos Humanos
Toda persona tiene derecho a la educación. La educación debe ser gratuita, al menos en lo concerniente a la instrucción elemental y fundamental. La instrucción elemental será obligatoria. La instrucción técnica y profesional habrá de ser generalizada; el acceso a los estudios superiores será igual para todos, en función de los méritos respectivos.
La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales; favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos; y promoverá el desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz.
Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos.
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