Opinión y Pensamiento

Estambul, capital del Universo

Estambul, capital del Universo

Estambul, capital del Universo

Como muchas metrópolis del planeta, Estambul tiene una fuerza arrebatadora. Las ciudades de este porte no obedecen a ningún plan de ordenación urbana. A ninguna previsión socioeconómica. A ningún propósito administrativo. Digamos que crecen vertiginosamente, y punto. Los edificios, las calles, los hombrecillos se van acomodando donde pueden, en medio de este caos ingobernable y vital.

Estambul es la metáfora del universo. Un enjambre inesperado de culturas. Un laberinto interminable de almas en danza. A mitad de camino entre el medievo y el siglo XXI. Entre un mundo que se resiste a morir y un futuro que transita a la velocidad de la luz. En esa encrucijada se debaten todas las metrópolis del planeta. También Estambul.

La capital del universo tenía que estar ahí. En la intersección de dos mares interiores y de dos continentes que se dan la espalda. Que se han dado fatalmente la espalda durante siglos. Nunca vi una luz tan limpia ni una ciudad germinar tan felizmente en un laberinto de agua y tierra. Las ciudades del futuro serán como ésta: edificadas de fulgor y desorden.

El vigor de Estambul se sobrepone al riesgo de su desnaturalización. De caer abatida por la industria del turismo, que convierte en sal todo lo que toca. Una parte de la ciudad está ya herida por el éxito. A punto de convertirse en un museo impecable de piedras inertes. Que es la muerte dulce de las urbes malheridas. Al fin y al cabo, los europeos navegan por el mundo en busca de ciudades disecadas, limpias, pulcras.

Por ese lado, podríamos decir que la ciudad ha renunciado a algunas de sus señas de identidad, en el deseo indisimulado de ser aceptada por Europa. Pero Estambul ya era Europa. Como también es Asia. O como Europa igualmente es Oriente Medio. Y Oriente Medio es un poco el Viejo Continente. El futuro nos depara este mundo fragmentado y único en que convivan tradición y ruptura con solo doblar la esquina.

Por eso Estambul es la capital del universo. Porque uno puede toparse con un carrito de castañas asadas a medio palmo de un escaparate irresistible de Mango. O puede cruzarse con una mujer con velo en la misma calle en que una jovencita camina tranquilamente en minifalda.

Algún día todas las ciudades serán como Estambul. Un poco traidoras de sí mismas y un poco entusiastas del futuro que está por llegar.

Aristóteles Moreno
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