Repóker de ases al compás
De todas las características del flamenco, una de las más diferenciales, según los expertos, es la variedad de compases existentes. Podemos, pues, desenvolvernos dentro de nuestro arte universal en compás binario, en ternario y dentro de una amalgama de compases de 12 tiempos. Dentro de este último se encuentran la soleá, la seguiriya y la bulería; tres de los cantes machos de Jerez de la Frontera.
A lo largo de la historia flamenca, Jerez ha tenido grandes seguiriyeros, romanceros o soleaeros pero actualmente es inneglable que sus cantaores brillan sobre todo por bulerías; un palo festero al que los jerezanos saben imprimirle sello propio. Destaca sobre manera la facilidad que han desarrollado los artistas de este municipio para, dentro de su marcado aire local, hacer más suyas, si cabe, las letras que cantan. Seas de San Miguel, de Santiago o de la Asunción, la misma letra suena diferente en cada boca.
Así me lo demostró una noche Periquín el Niño Jero, el guitarrista de los dedos alegres, arrancándose por bulerías para colmarnos de gusto en cada tercio. Yo no terminaba de creérmelo pero era cierto; Niño Jero, tan acostumbrado a acompañar con su sonanta, se animaba a cantarnos por bulerías a palo seco.
En el vídeo que compartimos no acompaña ni canta Periquín. En este caso ponen la voz Juan Moneo el Torta (Jerez de la Frontera 1952-2013), Miguel Flores el Capullo (Jerez de la Frontera 1954), Luis el Zambo (Jerez de la Frontera 1949) y Fernando de la Morena (Jerez de la Frontera 1945).
Cuatro ases del compás que, unidos al comodín de Moraíto Chico, hacen de la bulería su jugada maestra.
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