Letras flamencas

Pessoa flamenco

Pessoa flamenco

Por Rocío Hellín

La luz que proyecta Lisboa desde su ubicación frente al Atlántico la convierte en una ciudad única. Todas las ciudades los son, nunca hay dos en el mismo lugar ni reciben todas la misma luz.

En Jerez, donde cuentan que las piedras del barrio de Santiago rebotan a compás, surgen varias dicotomías. Es señorial y miserable, es contraste de artistas pobres y fantasmas ricos; es flamenco cuando no hay sol.

Son dos ciudades muy diferentes que no están tan lejos, y que, en este caso concreto, se unen gracias a la curiosidad y osadía de un gitano a través de la cultura literaria y musical.

Vicente Soto Sordera tituló su primer disco Pessoa Flamenco,1985 aunque se dedicaba al cante desde principios de los ochenta, Sordera viene de una dinastía de creadores e iluminadores de cultura flamenca, analfabeta y rica.

Ahora es más normal ver como cantaores versionan a poetas; Miguel Hernández, Rafael Alberti, Federico García Lorca, incluso José Saramago, pero antes de la revolución de La Leyenda del Tiempo, con Lorca en la voz de Camarón estuvo Vicente Soto y su historia con Fernando Pessoa, el poeta portugués que murió a principios del siglo pasado y que reflexionó bajo más de 50 heterónimos diferentes sobre la verdad más allá de lo que no es mentira, la existencia de lo que no se ve o la identidad de lo que nadie ve.

Vicente Soto supo como coger a este inaudito poeta universal y darle el giro flamenco, imagino que no lo usó como su carta de presentación pese a ser su primer trabajo discográfico sino como un gozo; y es que a Pessoa le ocurre como al flamenco, o lo amas o lo aborreces.

Alegrías, tangos, tientos, soleá, fandangos, bulerías, malagueñas, martinetes y hasta un vals con el sello de la luz de Pessoa, de su enrevesada personalidad escondida entre las letras y desde entonces, también en el metal de Sordera demuestra que nada es imposible, que no hay polos opuestos, ni siquiera indiferente. Con este trabajo crece la fe de un hilo invisible que todo lo conecta, un quejío que fue escrito en inglés, o en portugués, un quejío gitano de fragua, de Jerez que trae la verdad, que pinta un color y dibuja un símbolo.

Escribo por ser flamenca, aunque mi pasión por Fernando Pessoa creció en un viaje a Granada con un jienense que sabía mucho de existir y la única mentira que el flamenco me ha demostrado es que no es una forma o un estilo de vivir. El flamenco es un momento, es una luz, un gesto. Es Lisboa, Pessoa, Jerez, Sordera. Soy yo o eres tú, pero nadie vive de forma flamenca. El flamenco viene y va, habrá existido si recuerdas algo que no puedes explicar. Vivirá si leíste un día a Fernando Pessoa en la voz de Vicente Soto Sordera. O si escuchaste el quejío gitano del barrio de Santiago en un verso del poeta portugués. De lo demás, no creas nada.

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