Fernando Jaén: «La enfermedad es a veces lo que mejor define a una persona»
Colaborador de esta casa y de sobra conocido, Fernando Jaén Águila (Granada, 1975) es médico especialista en Medicina Interna y Doctor en Medicina por la Universidad de Granada. Ha publicado siete poemarios: ‘El corral de las cuatro esquinas’ (Dauro, 2002), ‘Los ciclos brutos’ (Comares, 2012), ‘Los días del barro’ (Comares, 2014), ‘Las orillas difíciles’ (Oblicuas, 2015), ‘Las reparaciones’ (Esdrújula, 2017), ‘La palabra del ciervo’ (Sonámbulos, 2021) y junto con Javier Gilabert ‘Bajo el signo del cazador’ (Olé Libros, 2021- Obra Finalista de la XXXV Edición del Premio de poesía Villa de Peligros). Asimismo, sus poemas han aparecido en un buen número de antologías.
Junto con Marcello Magnato ha realizado la exposición conjunta de pintura y poesía ‘Las orillas del ciervo’ (La Corrala de Santiago, del 20 de julio al 17 de septiembre de 2023). Ha participado en diversas lecturas, presentaciones y actividades poéticas, como las pertenecientes al Programa Granada Ciudad de Literatura UNESCO o al Festival Internacional de Poesía en su edición de 2021. En 2020 impartió el taller “Los sonidos de la enfermedad” dentro del programa Granada Ciudad de Literatura UNESCO (perteneciente al Área de Cultura del Ayuntamiento de Granada) y el Aula de Literatura de la Universidad de Granada. Su obra aparece reseñada en revistas como Oculta Lit, Lumbre o Infolibre. En junio de 2022 impartió el taller “El arte como herramienta de transformación al final de la vida” en el XIII congreso internacional de la Sociedad Española de Cuidados Palitivos (SECPAL) junto con el médico y cantautor Pedro Sosa.
Con Javier Gilabert, conduce aquí, en secretOlivo, desde 2017, el espacio de entrevistas culturales Entre2vistas. Ha colaborado con A. L. Guillén en diversas aventuras artísticas y musicales como “Capricho 69 “(1993), “Restos” (1998), “Amor sin misericordia” (2003) y “Aprojimación a tu ciclo” (2013). De este diálogo ascético surge el documental ‘Alfa y Omega’ (2012), dedicado a la obra del poeta. Algunos de sus textos han sido musicados por el grupo granadino Cosas Que Hacen Bum. Es miembro del Institutum Pataphysicum Granatensis.
La temática del autor en su última etapa está cercana a su actividad profesional (el encuentro con la enfermedad y el dolor) y en esa línea acaba de publicar su primer ensayo, Historias breves de la enfermedad vascular (Alter, 2023), la razón de que hoy comparta unas palabras con nosotros en nuestra Prensa.
Javier Gilabert: ¿Por qué este libro y por qué ahora?
Fernando Jaén: Querido Javier, Historias breves de la enfermedad vascular (Alter 2023) es un ensayo que nace con el propósito de escribir, desde un punto de vista histórico y reflexivo, acerca de la enfermedad vascular. De esta manera he podido aunar mi pasión por la escritura con mi profesión de médico. Coordino desde hace un tiempo la Unidad de Riesgo Vascular del Hospital Virgen de las Nieves, y este ensayo, que tiene un claro carácter de divulgación, ha sido una oportunidad para profundizar en la patología que trato a diario.
¿Cómo y cuándo surge la idea del libro?
Historias breves de la enfermedad vascular comenzó como libro de encargo y terminó siendo un ensayo del que he aprendido mucho. Me pidieron que escribiera un libro que indagase en la enfermedad vascular de personajes históricos para valorar cómo fueron tratados en su tiempo y cómo se habrían tratado a día de hoy. Me puse a investigar y encontré que había más temas que abordar de lo que se me pidió en un principio, de tal forma que me fascinó descubrir la interacción de la enfermedad vascular con la historia, la política, el arte y la religión, y eso es lo que he intentado reflejar en estas páginas.
¿Qué pistas o claves te gustaría dar a l@s posibles lector@s?
Es un libro, no muy extenso, escrito de una forma clara para que pueda ser leído por todo tipo de lectores, no sólo por profesionales sanitarios. Creo que permite acercarse de forma entretenida a ciertos aspectos de la patología vascular que no siempre han sido bien abordados. No solo hay apuntes anecdóticos, sino interacciones con la historia que nos dan una idea de cómo la enfermedad ha influido en nuestra vida, y en cierto modo, como la enfermedad es a veces lo que mejor define a una persona.
Es tu primera incursión en el género de ensayo, ¿verdad? ¿Te ha resultado más difícil que escribir poesía?
Bueno, había escrito hace un tiempo un artículo que relacionaba mis pasiones, la interacción entre Medicina y Poesía. Escribir este ensayo me ha permitido adentrarme en este género que necesita más de mirar afuera que hacia dentro, y de documentarse de una forma rigurosa y fidedigna. La poesía me surge de una forma más espontánea, cuando el alma necesita hablar.
¿Cómo ha sido el proceso de documentación?
En cierto modo ha sido como escribir un artículo científico. Empiezas tirando de un hilo, una reflexión, un acontecimiento, y profundizas. Una idea te lleva a la siguiente, es como saltar sobre las piedras de un río para poder llegar a la otra orilla.
¿Medicina y poesía son dos disciplinas complementarias? ¿Cómo influyen en tu trabajo y en tu producción escrita la una y la otra?
Ambas disciplinas siempre me han resultado más cercanas de lo que en principio parece, ya que tanto médico como poeta transitan por los mismos senderos, tratando de unir lo personal y lo universal, transportando el instante a una suerte más elevada de encuentros. Un médico acostumbrado a trabajar a diario con el dolor y el sufrimiento de sus pacientes, necesita además una ayuda que le permita reconciliarse con su profesión y con el sentido más profundo del ser humano.
Por cierto que esta intermedialidad no es única en tu obra. Recientemente has participado junto al pintor siciliano Marcello Magnato en una exposición que amalgama poesía y pintura…
Gracias por la pregunta Javier. Tengo el honor de haber contado con algunos cuadros de Marcello para ilustrar varias portadas de mis libros. En cierto modo esa utilización de su obra abrió un camino de comunicación entre ambos. En una época difícil para él, donde tuvo que cuidar de su madre enferma, mi poesía, según él dice, le sirvió para reencontrarse con su pintura, pues había dejado de pintar durante un largo período de tiempo. De esta forma surgió un diálogo entre mi poesía y su trabajo que se ha fraguado en esta exposición conjunta a la que haces referencia, «Las orillas del ciervo», que aún se puede visitar en La Corrala de Santiago de Granada hasta el 17 de septiembre, y que está dedicada a los que transitan por las difíciles orillas de la enfermedad y en especial a la memoria de la madre de Marcello.
A pesar de ser una obra en prosa, la poesía está muy presente en él. ¿Son, como decía nuestro Rafael Guillén, los poetas los mejores prosistas?
Rafael era un hombre y un escritor extraordinario, amaba tanto la poesía que pensaba que el buen poeta debía ser, por necesidad, un gran escritor de prosa. Hay ejemplos que le dan la razón, como era su caso, pero no siempre es así. Son disciplinas muy diferentes, y destacar en ambas no es fácil. Por desgracia yo no soy un buen ejemplo ni de la una y ni de la otra [risas], pero intento dar lo mejor de mí en cada libro que escribo.
Por último, como lector, ¿a quién te gustaría que invitásemos a pasar por ‘la Prensa’?
Podría decirte unos cuantos, pero debo confesarte que he tenido la suerte de leer el primer poemario de Pablo Trénor, que publicará en breve Sonámbulos. Me ha fascinado. Le propongo a él.
También te puede interesar...
- Jesús Cárdenas: «Raro es el rincón de nuestra tierra donde no se escribe poesía de calidad» - septiembre, 2023
- Gudrun Palomino: «La vida está cargada de duelos y de distanciamientos propios» - septiembre, 2023
- José Pastor González: «La España vacía no está vacía» - septiembre, 2023
