Rocío Rojas-Marcos: «Disfruto teniendo entre manos un tema sobre el que investigar y reflexionar»
Rocío Rojas-Marcos Albert (Sevilla, 1979) es profesora de la Universidad de Sevilla y en el International College of Seville. Doctora en Literatura y Estética en la sociedad del conocimiento (Universidad de Sevilla) 2017, Máster en Escritura Creativa 2011-12 (Facultad de Comunicación, Universidad de Sevilla). Licenciada en Filología Árabe en 2003, ha publicado los ensayos Mohamed Chukri (Editorial Zut, 2021), Tánger, Segunda Patria (Almuzara, 2018), Carmen Laforet en Tánger (Tánger: Khbar Blanda, 2015), La tercera España transfretana, (Khbar Blanda, Tánger, 2012) y Tánger. La ciudad Internacional (Almed, 2009). También los poemarios Habitada por palabras, (Huerga y Fierro, 2020), GMTT, (Premio El Drag 2020 de creación literaria de la universidad de Cádiz; Editorial Renacimiento, 2021), Y si supieran, (Plaquette, Hojas de hierba, 2022) y Anoche soñé que regresaba a Manderley (Hojas de Hierba, 2023), título que surge del poema homónimo con el que obtuvo el Premio Manuel Alcántara de Poesía 2020, y que nos proporciona un motivo perfecto para invitarla a pasar hoy por la ‘Prensa’.
Javier Gilabert: ¿Por qué este libro y por qué ahora?
Rocío Rojas-Marcos: Bueno, no hay un porqué más allá de los ritmos normales de la escritura y la edición, es decir que no hay un porqué para que salga ahora. Ahora es cuando ha estado. Desde que en 2020 escribí “Anoche soñé que regresaba a Manderley” fue transcurriendo el tiempo hasta hace aproximadamente un año en que, tras escribir Del espacio vacío, supe que el libro estaba cerrado, que había tomado su forma definitiva.
¿Cómo y cuándo surge la idea del libro?
Pues a partir del poema ‘Anoche soñé que regresaba a Manderley’, después de recibir el Premio Manuel Alcántara de Poesía quise escribir el poemario en el que debía estar incluido ese poema, trazar la línea que me había llevado hasta el momento de sentarme a componer esos versos, intentar entender mientras escribía lo que daba vueltas a mi alrededor.
¿Qué pistas o claves te gustaría dar a l@s posibles lector@s?
Tal vez es importante que sepan que el libro se ha escrito en orden contrario al que están ordenados en el libro, es decir, de atrás a delante, de ahí que, como decía antes, los poemas hasta llegar al último son el resultado de una reflexión y un análisis profundo de lo que me había hecho a mí un día de julio de 2020 escribir “Anoche soñé que regresaba a Manderley”.
Además, hay temas que atraviesan todos los poemas. El paso del tiempo, la crueldad que eso supone, el desasosiego ante la incertidumbre y la traición o el fracaso son algunos de ellos. Esto lo planteo en los términos en los que Cernuda distingue entre la realidad y el deseo, es decir, en el poemario se pone de relieve la desazón que se produce al reconocer ese desequilibro, al entender que lo que deseamos para nuestra vida y nuestro futuro no es lo que realmente tenemos y ahí es donde nace la sensación de fracaso.
¿Qué efecto esperas que tenga en ell@s?
Pues sobre eso no he reflexionado, creo que ahí está la vida propia que tiene todo lo escrito una vez que sale de las manos de quien lo escribe. Al leerlo cobra una vida diferente, unos significados sobre los que dejo de tener poder. Eso es fascinante. Forma parte de la esencia misma de la literatura.
Cristina Rosenvinge, Cernuda, Daphne du Maurier, por citar algunos elementos… Sorprendente combinación de referencias, ¿no?
Bueno, en tanto que estos poemas son parte de mí, de lo que leo, pienso, siento o vivo a diario, ahí están aquellas cosas que forman parte de mi día a día, las lecturas que hago, la música que me gusta escuchar, o alguna película que mientras la veía me daba una clave para lo que estuviese escribiendo. De ahí esa combinación. Si yo no soy monolítica mi poesía tampoco puede serlo. Cada una de las citas tiene un valor fundamental, en algún momento ha significado para mí algo necesario justo en el instante de encontrarla y necesitaba recuperarla al escribir.
¿En qué medida veremos en él —o no— a la Rocío Rojas-Marcos de tus anteriores obras?
Creo que los elementos con los que escribo son los mismos. Escribo desde mi mundo más cercano y a partir de él intento que el poema trascienda, así, los espacios más familiares, lo que compro o la comida de ese día son parte esencial en estos poemas de nuevo. De igual manera que antes al hablar de las citas literarias o musicales que hay incluidas, estos objetos, estos ratos dentro de casa forman parte de mi vida y por tanto aparecen por los versos para tomar una dimensión externa una vez que los escribo.
Te pongo en un aprieto: si tuvieras que quedarte solo con tres poemas de Anoche soñé que regresaba a Manderley, ¿cuáles serían?
Pues es difícil, pero me quedo con (apenas) el primero del libro porque creo que es el que da el tono de la primera parte del poemario, ‘Nexos temporales’, es un poema en el que el tiempo aparece como clave interpretativa. Después ‘Desde el espacio vacío’, pues supone la bisagra entre esos poemas duros de ‘Nexos temporales’ y la luz que llega en ‘Anoche soñé que regresaba a Manderley’. Y este último sería el tercero. Es un poema que va a ser siempre importante, escribir ese poema supuso un cambio en mi trayectoria como escritora, eso por un lado es peligroso porque ahora está ahí como espada de Damocles, pero por otro lado me recuerda que, si un día escribí eso, mañana puedo hacerlo de nuevo.
Tu producción literaria se reparte entre el ensayo y la poesía. ¿En qué ámbito te encuentras más cómoda?
Bueno, son muy diferentes, el ensayo es parte de mi trabajo de investigación. Es una labor que me entusiasma. Disfruto teniendo entre manos un tema sobre el que investigar y reflexionar para luego darle forma por escrito. Por otro lado, está la poesía que es una manera de mirar lo que me rodea, de explicarme lo que pasa a mi alrededor para poder entenderlo.
Por último, como lectora, ¿a quién te gustaría que invitásemos a pasar por ‘la Prensa’?
Eso sí que es difícil. Hay tantos a los que me encanta leer que esa sí que es una lista complicada de hacer porque seguro que se quedan fuera muchos. Pues invitaría a Tirso Priscilo Vallecillos, a Karima Ziali, a Chus Pato, a la que he estado leyendo últimamente y me tiene fascinada, o Andrés Neuman. Esos son nombres que ahora me vienen a la cabeza, pero ya ves, lo que dejo fuera sería interminable.
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