Prensado en frío

Juan Gallego Benot: «Es imposible separar el racismo de la especulación urbanística»

Portada de 'Las cañadas oscuras' de Juan Gallego Benot

Juan Gallego Benot: «Es imposible separar el racismo de la especulación urbanística»

Juan Gallego Benot (Sevilla, 1997) investiga sobre Retórica y Modernidad en la Universidad Autónoma de Madrid y en la Universidad de Groninga. Escribe habitualmente sobre arte contemporáneo en diversos medios culturales, como ‘Babelia-El País’ y ‘A*Desk’. En 2020 publicó Oración en el huerto (II Premio Tino Barriuso de Poesía Joven) en la editorial Hiperión. El compositor Iñaki Estrada musicalizó varios de los poemas del libro para una pieza homónima, estrenada en 2021. Su obra ha aparecido también en antologías y revistas. Ahora publica Las cañadas oscuras y eso nos vale de excusa para que pase por nuestra ‘Prensa’.

Javier Gilabert: ¿Por qué este libro y por qué ahora? 

Juan Gallego Benot: Tenía desde hace tiempo la necesidad de pensar lo poético y mi escritura en particular en otras direcciones, una inquietud por escribir poesía que estuviera fuera del marco de lo elegíaco o de lo puramente autorreflexivo. Siento que estos años he aprendido algo de otros lenguajes musicales y visuales, y llegó un momento en que me planteé cómo incorporar esos conocimientos sin abandonar los marcos tradicionales de la poesía del todo. Los poemas, por otro lado, son generalmente bastante fortuitos, hasta en un libro como este, con su investigación, con su perspectiva histórica y con su voluntad expresiva beben de mi biografía, son mucho más accidentales de lo que había pensado en un principio. Supongo que eso los hace más frescos, menos encorsetados en el marco teórico o histórico. 

¿Cómo y cuándo surge la idea del libro? 

El libro forma parte de un proceso natural de curiosidad y asombro. Llevaba interesado por Triana desde hace muchísimo tiempo y en mi adolescencia era un grandísimo fan de Antonio Mairena. Me leí toda la bibliografía mairenera y me escuché todos sus discos, así que era cuestión de tiempo que intentara trasladar esa pasión al lenguaje que mejor entiendo: la poesía. Sin embargo, hasta hace cuatro años no me sentía preparado para abordar una construcción poética entretejida con el sistema simbólico y sonoro del flamenco, y mucho menos para encontrar una forma de expresar dinámicas de exclusión histórica y racismo (de las que no he sido partícipe). Aunque siento que nunca estaré verdaderamente cómodo o preparado para trabajar con estos materiales que respeto tanto, sí que pienso que la palabra poética me da un método de trabajo para afrontar esa incomodidad, para convivir con ella.

Quería hacer un libro que reflejara el racismo contra los gitanos de Triana en sus formas, sin hacer “poesía social”, que es la menos social de las formas artísticas, ni un sermón moralista. De alguna manera, quería que el método de escritura fuera antirracista y que propusiera algo en las formas de hacer las cosas, por encima del resultado, cuyo único deber consistiría en ser poético. Una confianza ciega en la poesía como lenguaje autosuficiente me ayudó mucho en este sentido.  

¿Qué pistas o claves te gustaría dar a lxs posibles lectorxs? 

Hay una nota inicial en el libro que creo que aclara algo el contexto histórico de la expulsión de los gitanos y de la transformación de Sevilla hasta nuestros días. Me gustaría que desconfiaran de ella como vía única de lectura y la tomaran como una propuesta. El libro puede leerse desde esa reconstrucción histórica, pero es muy importante tener en cuenta que no llega a ser nunca un ensayo, que las fuentes están leídas con muchísima libertad y que no pretendo contar la historia de otros. Creo que la clave principal del libro es que es una obra de ficción, un conjunto de poemas cuyo sentido definitivo habrá de encontrarse en su valor literario. 

¿Qué efecto esperas que tenga en ellxs? 

La recepción está siendo muy bella y sorprendente. Yo estaba muy inseguro porque no sabía muy bien cómo iba a ser leído. Me daba pavor que se leyera como un libro costumbrista o localista, o que se pensara que yo estaba narrando un hecho histórico. Pero son las personas más lejanas a Sevilla y su contexto las que me dicen que están disfrutando más, porque el libro funciona como un paseo por un sitio ajeno para ellos que no exige esa reconstrucción. Un paseo lleno de conflictos, pero también de pasión y de una idea extraña de placer. 

¿En qué medida veremos en él —o no— al Juan Gallego Benot de Oración en el huerto

Me gusta pensar que no estoy siendo “más depurado” conforme voy creciendo, que es la tradicional forma de entender la madurez en la poesía española. Creo que este libro es más libre que Oración en el huerto, más juguetón. Me he permitido muchos experimentos: algunos han salido mejor, otros peor, pero creo que el resultado es más interesante e innovador. Al menos eso es lo que sentía cuando lo escribía, claro. 

Te pongo en un aprieto: si tuvieras que quedarte solo con tres poemas de ‘Las cañadas oscuras’, ¿cuáles serían? 

La tríada dedicada a mi familia: los poemas en los que “cantan” mi hermano (xxviii) y mi hermana (xviii) y el último poema del libro (xl). 

La especulación urbanística provocó la expulsión de los gitanos de Triana y su dispersión por barrios periféricos como Torreblanca o las Tres mil Viviendas, entre otros. Entiendo que este argumento da, quizá, más para una obra narrativa que para una ficción poética. ¿Qué te llevó a decidirte por esta fórmula? 

El asunto era tan complejo que sentía que no podría acercarme a él de ninguna otra forma. En realidad, la ecuación no es tan sencilla. Es imposible separar el racismo de la especulación urbanística. Yo no soy capaz de enunciar esas contradicciones tan extrañas en prosa, ¡ni siquiera soy capaz de ahondar en ellas en mi cabeza como siento que merecen! La poesía sí puede: no necesita de una estructura sintáctica tan racional, ni ese orden tan castrante en la prosa que, si bien es capaz de asuntos que en la poesía tal vez no puedan expresarse extensa o argumentalmente, puede resultar mortífero para trabajar contradicciones.

Además, en relación a mí mismo, siento que en la poesía hay algo material, musical, que no es exactamente mío. En el libro hay muchísimos versos que provienen de otros lugares pero que aparecen insertos en los poemas. Sentía que esa sensación de “material prestado” era muy importante, por motivos éticos, aquí, y la poesía me daba esa plasticidad.  

Ya con Oración en el huerto, de cuatro de cuyos poemas surgió una obra musical a cargo de Asier Puga y la Orquesta de Cámara Gregorio Solabarrieta de Miranda de Ebro, nos mostraste que la música ocupa un lugar importante en tus inquietudes. ¿Tienes en mente hacer algo similar con Las cañadas oscuras

Aprendí muchísimo gracias a Asier Puga y a Iñaki Estrada, el compositor de la pieza. Yo soy un músico frustrado (también un cantaor frustrado y un bailaor muy regulero), así que todo lo pienso en coordenadas musicales, también Oración en el huerto, pero la propuesta de Asier fue una locura que por supuesto no esperaba. Fue lo más bonito que viví con el libro y, por supuesto, me encantaría hacer algo similar con Las cañadas oscuras, una obra que es inseparable de una propuesta musical y escénica.

En ese sentido, en junio, para el Festival Arquitecturas Deseantes de Málaga, la cantaora Carmen Yruela y yo vamos a presentar una pequeña propuesta, conjugando cantes, algo de creación escénica y recital de poemas. El libro parte de una pluralidad de voces, de fuentes y de estructuras; lo lógico es que vuelva a esa pluralidad y se amplíe todo lo posible. Mi intención no es acaparar la autoría, sino difuminarla. 

En muy poco tiempo se ha agotado la primera edición de este libro. No estará tan muerta la poesía… [risas]. 

Yo estoy flipando y no termino de entenderlo, la verdad. Pero lo cierto es que en Letraversal trabajan muy bien y cuidan muchísimo los libros: se aseguran de que llegue a sitios y defienden lo que publican. Ese apoyo, mucho cariño y suerte han provocado esta segunda edición, que agradezco enormemente. 

Por último, como lector, ¿a quién te gustaría que invitásemos a pasar por ‘la Prensa’?  

Jorge Velasco Baleriola tiene un libro maravilloso, publicado en la casa andaluza editorial dieciséis, que a mí me ha encantado. Me gustaría mucho ver cómo responde a vuestras preguntas. Muchísimas gracias. 

Javier Gilabert
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