Prensado en frío

Teresa Gómez: «La simple toma de conciencia genera espíritu crítico»

Portada de 'Plaza de abastos' de Teresa Gómez
Portada de 'Plaza de abastos' de Teresa Gómez

Teresa Gómez: «La simple toma de conciencia genera espíritu crítico»

Licenciada en Psicopedagogía y Filología Hispánica, Teresa Gómez ganó el premio de Joven Poesía de la Diputación de Granada en el año 86. Sus poemas han sido publicados a menudo en revistas literarias (Olvidos de Granada, Urogallo, Nefelibata, Litoral, Letra Clara…) y diversas Antologías. Subasta en mi ventana (colección Cuadernos del Vigía), es una selección de poemas tomados del libro entonces inédito Plaza de abastos. Actualmente, la mayor colección de sus poemas recogida en libro la encontramos en la antología La otra sentimentalidad editada por Francisco Díaz de Castro en la colección Vandalia de la Fundación José Manuel Lara.

En 2018 publicó La espalda de la violinista en la colección Vandalia de la Fundación José Manuel Lara, libro con el que fue finalista en el Premio Andalucía de la Crítica. Recientemente y por fin de manera integral ha visto la luz Plaza de abastos, también en la colección Vandalia de la Fundación José Manuel Lara y nos pareció un motivo inmejorable para invitarla hoy a pasar por nuestra Prensa.

Javier Gilabert: Teniendo en cuenta que en realidad se trata de una obra escrita a mediados de los ochenta, ¿por qué este libro y por qué ahora?

Teresa Gómez: Este libro se inicia con la siguiente dedicatoria: “A tanta gente querida que, durante años, me ha pedido que permita a este libro desvelar su pequeño misterio”. A esa insistencia cariñosa se sumó la oportunidad ―cuando están a punto de cumplirse 40 años de la explosión de La Otra Sentimentalidad y se están preparando algunos actos para conmemorarlo― de sacarlo con la Fundación José Manuel Lara en Vandalia, una editorial tan querida… y ya no podía seguir negándome. Por cierto, que tengo la sensación de que esta efemérides está sirviendo de alguna manera para recuperar las voces femeninas de esta corriente que en su momento no se escucharon tanto como las voces masculinas.

En cuanto a por qué no salió en su momento, supongo que como dijo Juan Carlos Rodríguez cuando presentó este libro en el Centro Artístico y Literario de Granada, invitado por Juan de Loxa tras dedicarme un programa de radio en su inolvidable ciclo Poesía 70, “por cuestiones burocráticas y -¿por qué no decirlo?- de mafia editorial”. Sin embargo, muchos de los poemas que componen este libro, a menudo han sido leídos en público, han formado parte de Antologías (la más importante de ellas publicada en Vandalia también, La otra sentimentalidad edición de Francisco Díaz de Castro) y han circulado de un modo u otro entre los amantes de la poesía. De hecho, me han ocurrido anécdotas tan curiosas como recibir la llamada de una librería comunicándome que le habían pedido Plaza de abastos en varias ocasiones pero que no sabían quién lo distribuía. 

Han pasado varias décadas desde su concepción original. ¿Qué permanece y qué ha cambiado en Plaza de abastos? ¿Y con respecto a la sociedad que entonces analizabas y ésta en la que ahora ve la luz?

Me causa inquietud, por supuesto, hacer público un libro que había circulado casi clandestinamente desde hace tanto tiempo. Siendo así, es inevitable temer que la realidad destruya el mito y que, por tanto, pueda resultar decepcionante. 

Por supuesto, a la mujer madura que soy hoy le cuesta reconocerse en algunos de los versos de un libro escrito por una mujer joven convencida, como toda su generación, de que está en sus manos la construcción de un mundo mejor. Pero reconozco sin fisuras la voz poética que, desde su momento histórico, afronta el pasado con la necesidad de cuestionarlo para reconstruirlo. Y desde esta perspectiva, me siguen siendo válidos estos versos y espero que le sean válidos a otras personas. Pero serán los lectores y las lectoras quienes nos aclaren este punto.

¿Qué pistas o claves te gustaría dar a l@s posibles lector@s?

Quizá señalar la enorme importancia que tiene el nombre que se les dé a nuestros sentimientos y cómo determinará de alguna manera también nuestra forma de estar en el mundo y de relacionarnos con él, o sea, la importancia de reconocer que también los sentimientos son históricos.

¿Qué efecto esperas que tenga en ell@s?

Si, como decía Carlos Marzal, “la  poesía  nos  cura  las  heridas,  y  ese  valor  medicinal  la  emparenta  con toda la actividad del espíritu humano, que tiene en definitiva el objetivo práctico, de hacer más habitable el mundo”, me haría enormemente feliz que mis versos fueran capaces de acompañar la soledad de algun@ de mis lectores, que supusieran algún alivio, consuelo o refugio para la angustia de alguien, que despertaran preguntas y sembraran dudas… pero sobre todo que l@s lectores que se adentren en sus páginas disfruten con mis versos y reconstruyan mis poemas al hacerlos suyos. 

¿En qué medida veremos en él —o no— a la Teresa Gómez de tus anteriores obras?

En realidad, y por la historia editorial de este libro, yo diría que aquí podemos ver a la Teresa Gómez de sus obras posteriores. Todo lo anterior a Plaza de abastos acabó en la papelera (y fue mucho). Plaza de abastos responde a una conciencia de escritura que rechaza todos los anteriores intentos de acercamiento basados en desahogos emocionales o imitaciones más o menos logradas de los grandes maestros. Proceso que sin embargo me parece imprescindible para un escritor/una escritora.

Plaza de abastos es un libro escrito en los 80 bajo la influencia de ‘La otra sentimentalidad’ que ve ahora la luz en una edición íntegra. ¿Cómo se ve ese movimiento poético tras el paso de los años? ¿Qué influencia crees que ha tenido en la poesía que se escribe a fecha de hoy?

Sorprendentemente y teniendo en cuenta que La Otra Sentimentalidad en realidad, como tal movimiento poético, no duró más que unos años, queda muchísimo. Si revisamos los libros de poesía publicados solo en los últimos diez años, sobre todo en Granada, encontraremos innumerables citas de los y las poetas de La Otra Sentimentalidad. Encontraremos los temas y el tono en muchos de sus versos, incluso en poetas que se declaran no herederos de esta corriente.

Y es que la influencia de algun@s de sus poetas, ha sido enorme y los que fueron los postulados básicos de esta corriente, (cimentados en los presupuestos teóricos de Juan Carlos Rodríguez) aún siguen siendo válidos: el análisis desde la ternura, el cuestionamiento de nuestros propios conocimientos, sentimientos y nuestra propia memoria, la certeza de que hay una historia tras cada posición que la determina ferozmente. Sigue siendo imprescindible repensar palabras como amor, compañero, colega, vecino, amigo, celos, soledad, éxito, fracaso, sueños… y ¿qué me dices de la pobre palabra “libertad”?

Te pongo en un aprieto: si tuvieras que quedarte solo con tres poemas de ‘Plaza de abastos’, ¿cuáles serían?

Efectivamente es un aprieto, pero lo aceptaré por ti: “El agua es gratis para los tristes”, quizá mi poema más conocido. “Estado de sitio”, un poema contra la guerra, contra todas las guerras, la de ayer y la de hoy, las de Europa y las de África… Y un poema de amor, por ejemplo “Qué manera”.

Afirmas en una entrevista anterior que estás “convencida absolutamente del poder transformador de la poesía”. Me encantaría que abundaras en esta tesis.

Yo creo que la poesía pone una lupa sobre determinados temas invitándonos a mirarlos con mayor atención o a cambiar nuestra mirada sobre ellos. A menudo la simple toma de conciencia genera espíritu crítico. Hay poemas, es más, hay versos que abren una fisura en nuestra conciencia por donde comienza a entrar la luz a raudales.

Por último, como lectora, ¿a quién te gustaría que invitásemos a pasar por ‘la Prensa’?

Hay muchísima gente interesante haciendo cosas interesantes, pero el último libro que he leído, estudiado más bien tendría que decir, pues no se trata de una lectura ligera, es de Felix Martín Gijón y ya que estamos recordando tanto este año la corriente poética de La otra sentimentalidad, pienso que sería muy interesante invitar a este alumno brillante de Juan Carlos Rodríguez y de Miguel Ángel García, que se ocupa de estudiarla en profundidad en La intimidad de los espejos. Y ya que Ángeles Mora, uno de los miembros más destacados de esta corriente, acaba de recibir el Premio Andalucía de la Crítica con su libro Soñar con bicicletas, también sería una invitada de lujo.

Poemas de ‘Plaza de abastos’, de Teresa Gómez

EL AGUA ES GRATIS PARA LOS TRISTES

Hoy han pasado todos por el puente
tristes porque llueve
Por el puente
algunos felices con capazos y escobas
porque tienen casa
y jefe
y pan

Por el puente
algunos felices con raquetas y caballos
porque tienen miedo
y agua 
y casa
Y otros felices con carteras y plumas
porque tienen máquinas
y casa
y silencio
Y otros felices con hijos y mujeres
porque tienen casa 
y zapatillas
y televisión
Por el puente han pasado algunos
que tienen hasta coche
y pan
y casa
Y tienen hijos
y armas
y coche

Por el puente han pasado todos tristes
porque llueve
Elaguaesgratisparalostristes
y una señora me cambia mi paraguas por su casa

¡Ya tengo miedo
y pan
y casa!

Y aquella dama
triste
se ahoga
por el puente.

ESTADO DE SITIO

Desde el horror de sus tristezas son los primeros asesinos de la ternura

(R. Dalton)

No quedan más que cuerpos
violentos como máquinas.
Los hombres y mujeres tienen rostro de ruedas
y los niños rebuscan por el humo
sus labios.

Esta muerte
la que llega
a cualquier hora
-una mano redonda que aplastara las plazas_

Buscamos un lugar sobre la tierra
donde no estéis vosotros
o la desolación de nuestra especie.

No pretendemos ya sino la vida
y despertar aquí
con estas mismas gentes
ensayando el difícil episodio de amar
en estos tiempos.

QUÉ MANERA

Qué manera urgentísima de ir queriéndome un poco sobre mil adoquines,
sobre mil estaciones donde solemos esperar mil veces.

Qué manera urgentísima tenemos de querernos.

Qué evidencia de olas tu cuerpo amaneciendo en mi ventana
desvelando este sueño como un reto.

Qué manera tan grave de estar desalambrándonos
en duelo de mordiscos y azucenas.

Qué forma tan dichosa de encontrarme en tu instinto de quedarte en la vida,
de estar apareciendo en tus ojeras
como un hermoso gesto del amor.

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Javier Gilabert
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