De la relatividad y otros temas complicados
Para hablar de Teoría de la Relatividad y otros asuntos humanos y divinos, Tirso Priscilo Vallecillos publica Entrevista a Albert Einstein, su último poemario. Premiado con el XII Premio de poesía Federico Muelas y publicado por Ediciones Trea, Vallecillos nos hace entrar en un círculo cerrado, en un espacio sin ángulos en el que el autor pretende recorrer la condición humana. Dividido en tres partes que surgen a partir de una cita inicial del propio Einstein, mi círculo está conformado por tres vértices en cada uno de los cuales domina una relación de pareja: el mundo y yo; la ciencia y yo; y la siempre compleja relación que mantengo conmigo mismo. Sobre estas tres relaciones de pareja sostiene Vallecillo su poemario.
Así, la primera parte deambulará a tientas por las oscuridades de callejones angostos en los que el yo poético sufre al enfrentarse al mundo, al intentar analizarlo. Son versos en movimiento, que pretender dar con una explicación o al menos un lugar en este barullo ruidoso y caótico que nos rodea, Caminaba distraído por el mundo/entre voces de ladrillo y fruta de temporada/i sombra me hacía de vez en cuando un guiño… podemos leer en algunos de los versos por los que deambulamos mientras simulamos entender la compleja relación entre el autor y el mundo ¿o era entre Albert Einstein y el mundo?
En la segunda parte del poemario, ese segundo vértice que conforma el círculo cerrado vital de Einstein ¿o era el de Vallecillos? Nos adentramos en la relación de pareja entre el científico y la ciencia ¿o es entre el autor y el amor? Y será un amor científicamente demostrado, un amor empírico que se ajusta a reglas dictadas, un amor que pierde batallas si la fórmula falla y hay que dejar los brazos rendidos: Llévame a tu casa de una vez/ o te llevo yo a la mía/ porque esta guerra/ me da a mí/ que ya la tenemos perdida, leemos en uno de los poemas en los que la alquimia, ciencia exacta para la poesía, provoca sus cambios y nos ofrece como resultado versos de amor inagotable, en movimientos proscritos en movimientos necesarios.
Finalmente, la tercera y última parte de esta entrevista lidiara con la difícil tarea de intentar hablar con uno mismo. Albert Einstein se interroga a sí mismo ¿o es Vallecillos ante el espejo? Así, mirándose de frente, buscando en el fondo de los ojos para intentar entender aquello a lo que solo a través de la poesía es capaz de ponerle nombre, por fin he descubierto/que la sensibilidad es esa arma/con la que, ocasionalmente, me hiero.
El poeta descubre, se deslumbra y se sorprende de sus propios ángulos oscuros, de sus silencios y sus vacíos, y a través de esta entrevista es como logra entender algunos de esos espacios atiborrados de objetos inanimados que al ponerle nombre cobra vida y saludan como hacían los autómatas de Deckard a su vuelta a casa, saludan, corretean, se alegran, se cruzan al paso del poeta indefenso. Entrevista a Albert Einstein es un poemario redondo, redondo en su estructura, redondo en su planeamiento, pero también lo es en un sentido simbólico en el que el círculo que da forma a las distintas parejas con las que conversa Einstein ¿o era Vallecillos? Es sinónimo de eternidad, de rueda que gira en el tiempo y no frena. Y como dice sencillamente el epílogo Todo el mundo cree al Albert Einstein. De los presupuestos científicos nadie duda, pero quién ha dicho que la poesía no lo sea.
También te puede interesar...
- De la relatividad y otros temas complicados - junio, 2022
- ‘El Discurso’, manual de instrucciones - octubre, 2020
