Anclas (Gata Cattana, 2015)
«Entiendo que la mujer, si no es prostituta, es tonta. Pero si no es ninguna de las dos, lo que sí está seguro es que es mala. Las mujeres no somos ni malévolas, ni malignas, no engendramos al demonio ni tampoco somos santas o que nos santificamos cuando llegamos a ser madres. Las mujeres somos mujeres.»
Con fragmentos de esta intervención de la asambleísta ecuatoriana Rosana Alvarado en la Asamblea Nacional, en julio de 2012 –aquí los cuatro minutos completos– Ana García Llorente, aka Gata Cattana, reforzó, como interludios, todo el pensamiento que ya venía adelantado en ‘Tributo’ (Ventanal Records, 2014) y que culminó en su tema más popular. Lisístrata es hoy un himno feminista global en todo hispanoamérica.

Producido, grabado y mezclado por Wiloo en estudios La Cucaracha y con scratches de Carlos Esteso, su último dj, Anclas es su segundo epé, cuatro canciones justo para desvelar el enorme potencial de una cordobesa a caballo entre Madrid y Granada donde brillaba en los Slam Poetry.
La prueba, que abre el disco, es otra maravilla. Un golpe encima de la mesa. «Callan las columnas del cielo cuando llegue mi hora final…» siguen Los puñales «tú no te señales, sólo enseñales cómo lo hacen los que valen, sólo dale más literatura a los chavales» y la autoreferencial LK Blade «Despliega con tripas al lao ‘del dj, gracia y drama to’ lo que le echéis.»
Un epé imprescindible que fue la antesala de Banzai, su ópera prima y disco póstumo. En Anclas se reflejaba todo el potencial que podía ofrecer Ana, brava estudiante de políticas que no se dejaba camelar por profesores, entonces aspirantes a políticos, y una poeta sensible y contundente, con una fuerza tremenda.
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