Marina Tapia: «No es nada fácil abordar el tema amoroso»
Marina Tapia, polifacética chilena afincada en Granada, firma ‘El deleite’, un libro de poemas de amor dedicado a su compañero, según sus propias palabras, “un intento de acercar el amor a lo sagrado sin caer en el romanticismo”. Hoy, en nuestra Prensa, nos invita a adentrarnos en sus páginas.
Javier Gilabert: ¿Por qué este libro y por qué ahora?
Marina Tapia: Compuse el libro ‘El deleite’ agrupando distintos poemas de índole amorosa escritos entre los años 2014 y 2018. En todos ellos se ve una clara intención de celebrar la vida, de relatar el encuentro con ese alguien único y especial que es la persona amada, de componer un canto ditirámbico a una relación armónica, a aquella que produce paz y excitación al mismo tiempo, a aquella que se sustenta sobre el equilibrio de dar y recibir y que permite la máxima expresión de las individualidades, a la vez que la compenetración. Deseaba que fuera reconocible la voz de una mujer en su madurez, una mujer que versa sin pudor sobre el cuerpo de su pareja, que utiliza la palabra y los cinco sentidos para retratarlo, recreándose en los matices sensoriales y emocionales al experimentar el deseo. Para mí era un reto porque no es nada fácil abordar el tema amoroso: se ha escrito tanto sobre ello en todas las épocas y por distintas creadoras y creadores con muchísima potencia. Este poemario tuvo la suerte de ganar el Certamen Literario Joaquín Lobato 2020 de Vélez-Málaga, por lo que se realizó una tirada limitada. Pero próximamente será publicado por una editorial, que confío le dará mayor distribución y me permitirá compartir con más personas este trabajo.
¿Cómo y cuándo surge la idea del libro?
Surge durante el verano del 2018. En general, utilizo parte de las vacaciones para corregir los libros que he comenzado y también para dar forma a textos dispersos. En esos meses agrupé mis poemas de amor dedicados a Ángel, mi compañero. Pulí con mimo cada uno de ellos y busqué realizar un recorrido que parte en Cómpeta (lugar que visité sola añorando su compañía) y termina con una mudanza hasta el sitio que sería luego la casa en la que vivimos ahora. En ese trayecto poemas como “Vista”, “Oído”, “Tacto”, o “Casi un ruego” (asociado al gusto) van marcando con su compás de sensaciones diversas el camino del encuentro y de la convivencia.
¿Qué pistas o claves te gustaría dar a l@s posibles lector@s?
Desearía invitarlos a degustar las palabras que fui escogiendo con mucho esmero por su sonoridad, por su vibración, por la evocación de momentos amorosos en los que todas y todos podremos reconocernos. También que se dejaran llevar por los ambientes que trato de poner en pie con unas pocas pinceladas. En este libro l@s lector@s se encontrarán con poemas largos y narrativos como “Defensa de la espera”, donde he prestado voz a Penélope, y también con otros cortos y precisos en los que juego con la rotundidad de los finales. Mi poesía, en este volumen, intenta acercar el amor a lo sagrado sin caer en el romanticismo.
¿Qué efecto esperas que tenga el libro en ell@s?
Quisiera llevar ese sentimiento de disfrute, de deleite carnal y calma espiritual que se despliega y explota al estar en los dominios de la diosa Afrodita. Transportarles a una visión de un mundo amable −casi primaveral− en medio de las preocupaciones del día a día. No digo que la definición del amor sea la felicidad, pero ese estado de eufórica exaltación de la vida casi siempre envuelve como un aura a dos personas que se aman; ese punto es el que he buscado apresar y entregar a l@s lector@s de “El deleite”.
¿En qué medida veremos en él —o no— a la Marina Tapia de tus anteriores obras?
En la musicalidad, en los elementos plásticos (casi pictóricos a veces) que han dicho que caracteriza mi poesía. También está presente ese erotismo sutil que he desarrollado en otros libros como ‘El relámpago en la habitación’, y su tono confesional, cercano con el lector pero a la vez dejando un suave aire de misterio y misticismo, como sucede también en mi acercamiento a la naturaleza de ‘Marjales de interior’. Yo creo que encontrarán una voz depurada, que relata una única historia (a diferencia de otros libros como ‘50 mujeres desnudas’) y esa combinación de opuestos armonizados que tanto me gusta.
¿Supone este poemario un punto de inflexión en tu producción como poeta? ¿Y a partir de ahora, qué?
Creo que este poemario es el más “clásico” −por así decirlo− de los libros que he escrito. En otros he corrido más riesgos en cuanto a la temática y a la estructura de los poemas, por ejemplo, en el libro que lo precede, ‘Jardín imposible’, mezclé elementos fantásticos con el mundo de los herbarios; y en este, lo novedoso es justamente esa ausencia de hermetismo y ruptura, el deseo de buscar una voz cercana a l@s lector@s, como quien cuenta un secreto o invita a presenciar algo muy íntimo.
Te pongo en un aprieto: si tuvieras que quedarte solo con tres poemas de ‘El deleite’, ¿cuáles serían?
Creo que escogería “Teorema”, un texto con toques creacionistas y con cierta modernidad en cuanto al estilo; “Enunciaciones”, una composición con seis partes que expone la intención de atar la dicha a la cotidianidad; y “Viaje por la savia”, el poema que abre el libro, por el juego de palabras y conceptos que se relacionan en él y que creo que quedaron bien engarzados.
Por último, como lectora, ¿a quién te gustaría que invitásemos a pasar por ‘la Prensa’?
A mi querida amiga Josefina Martos Peregrín, que sé que tiene un interesante y nuevo proyecto literario que compartir.
También te puede interesar...
- Gudrun Palomino: «La vida está cargada de duelos y de distanciamientos propios» - septiembre, 2023
- José Pastor González: «La España vacía no está vacía» - septiembre, 2023
- Fernando Jaén: «La enfermedad es a veces lo que mejor define a una persona» - septiembre, 2023
