Prensado en frío

Nacho Pérez Cerón: «Me encantaría grabar un disco a medio o largo plazo»

Detalle de la portada de 'Márgenes de error', de Nacho Pérez Cerón
Portada de 'Márgenes de error', de Nacho Pérez Cerón

Nacho Pérez Cerón: «Me encantaría grabar un disco a medio o largo plazo»

Nacho Pérez Cerón, poeta y traductor, acaba de conseguir nada menos que un accésit en el prestigiosísimo premio de poesía Adonáis; pero a él lo que realmente le pide ahora el cuerpo es grabar un disco –de posrock, a ser posible-. Hoy pasa por La Prensa para hablarnos sobre eso y contárnoslo –casi- todo de ‘Márgenes de error’, su más reciente poemario.

Javier Gilabert: ¿Por qué este libro y por qué ahora?

Nacho Pérez Cerón: Márgenes de error es un testigo de la realidad, de todas las pequeñas decisiones que se han tomado a lo largo de la historia y que han derivado en causas mayores e incluso catástrofes, como por ejemplo el bombardeo de Hiroshima y Nagasaki. En ese sentido, el libro busca exponer los antecedentes y los resultados de todas esas decisiones, muchas de ellas históricas, sí, pero con una vigencia indiscutible (y creo que ahí radica lo interesante): sigue habiendo accidentes de avión, sigue habiendo suicidios, se siguen tomando decisiones con duras consecuencias desde las altas esferas de la sociedad y la política. 

El libro es también un repaso de algunos hechos dolorosos en mi vida: la pérdida de familiares, la enfermedad, la derrota, los miedos. Mi mente ha estado intentando decirme que llevo años acumulando lastres que necesitaban salir, y ahora ha sido el momento. El libro para mí tiene un efecto catártico, y por eso creo que era necesario. 

Portada de 'Márgenes de error', de Nacho Pérez Cerón
Portada de ‘Márgenes de error’, de Nacho Pérez Cerón

¿Cómo y cuándo surge la idea del libro?

Surge en el 2018, creo recordar. Desde hace ya bastante me encanta el postrock, un género de canciones muy largas (pero largas, ¿eh?) e instrumentales, y en ese marco descubrí un álbum llamado Departure Songs, del grupo australiano We Lost The Sea. Cada canción de este álbum cuenta una historia real, una ‘catástrofe’ para la historia de la humanidad que desembocaba en la muerte, como por ejemplo el desastre del trasbordador Challenger o el accidente nuclear de Chernóbil, y la atmósfera del álbum me atrapó (es uno de mis discos de cabecera). Por mi cuenta estuve investigando el trasfondo de todas esas historias, por qué sucedieron, y todas convergían en un mismo punto: una serie de pequeños errores mínimos que desembocaron en algo mayor. Teniendo tanto interés en estas historias me dije: «Jopé, ¿y por qué no verbalizar esas historias, por qué no darles voz mediante poemas?», de modo que empecé a escribir sobre catástrofes, algunas de ellas reflejadas en ese álbum, pero otras tantas nuevas.

¿Qué pistas o claves te gustaría dar a l@s posibles lector@s?

Pues… Siento decir que no es un libro para leerlo “de tranquis” un domingo y echar el rato sin agobios. Creo que el libro es la antítesis de la relajación. Hay poemas con mucho fondo histórico, mucha información y los temas no son precisamente la alegría de la huerta, así que mejor id preparando el cuerpo…

A la gente de Málaga me gustaría decirles que hay un poema sobre algo que pasó en la ciudad en los años ochenta, pero no daré más pistas. Así de malo soy —risas—. 

¿Qué efecto esperas que tenga el libro en ell@s?

Por lo pronto espero que no les dé un telele. Más allá de eso, si el libro sirve para que echen el rato (angustiados, pero que lo echen) y quizá se identifiquen con algo, me doy por satisfecho.

¿En qué medida veremos en él —o no— al Nacho Pérez Cerón de tus anteriores obras?

Creo que hay un salto bastante grande con respecto a mi primera obra, Restos de sal, tanto en forma como en contenido. Sin embargo, creo que el final de ese libro puede conectar un poco con Márgenes de error, al menos en el tono, ya que algunos poemas se quedaron fuera entonces, pero han pasado el corte de este segundo libro. Con todo y con ello, creo que quienes leyeron ese primero y lean ahora este van a notar que es algo completamente distinto. 

Te pongo en un aprieto: si tuvieras que quedarte solo con tres poemas de ‘Márgenes de error’, ¿cuáles serían?

Uy, pues sí que es un aprieto, maldito, —más risas—. Creo que por la naturaleza del libro, y buscando conservar su esencia, me quedaría con «Challenger», de la primera parte, y con los poemas IV [Mi abuelo le regaló a mi padre una emisora] y X [Mi abuelo murió el día de mi cumpleaños] de la segunda. Creo que son los tres grandes pilares del libro, y a modo de resumen podrían funcionar bastante bien. 

Con este libro consigues un doble sueño –entiendo-, el Accésit del prestigioso Adonáis y, por ende, publicar con Rialp. ¿Supone un antes y un después en tu vida?

Sí, sin duda. Recuerdo perfectamente cuando me llamaron en noviembre para comunicarme que era finalista. Estaba hecho un manojito de nervios, no me lo creía, ni creía que mi obra pudiera tener tanta proyección. Fui al acto en Madrid para disfrutar de la experiencia y honestamente no tenía ninguna expectativa, así que la alegría fue doble, aunque todavía ahora con el libro en mano me sigue dando vértigo. Me halaga de corazón que consideraran que mi obra merecía uno de esos accésits, especialmente dado el prestigio del premio, y no se me cansará nunca la boca de agradecerlo.

Volviendo a la pregunta, para mí sí que supone un salto muy grande, pero más que nada que por la distribución. Siempre he querido que quien quisiera tener mi libro lo pudiera obtener fácilmente, ya sea por Internet o en su librería local (preferible librería), y publicar con Rialp me permite precisamente eso: estar más cerca de la gente que me apoya y cree en mi trabajo.

¿Qué proyecto(s) te pasan ahora por la cabeza?

Nacho Pérez Cerón: Tengo muchas ideas dando vueltas, e igual te sorprende esto, pero la poesía ahora mismo no es una de ellas. Creo que se merece un buen descanso. En cambio, tengo muchas ganas de ponerme en serio con mis canciones y me encantaría grabar un disco a medio o largo plazo. También tengo clarísimo que cuando vuelva a Málaga voy a montar un grupo de posrock, todo instrumental, volumen y a meter unos buenos guitarrazos, y me gustaría dedicarme en cuerpo y alma a él. 

Por último, como lector, ¿a quién te gustaría que invitásemos a pasar por ‘la Prensa’?

Natalia Velasco es una de las voces emergentes que más caña van a dar en la poesía. Ha sacado recientemente un libro maravilloso, El cielo de la boca, en Letraversal. Me encantaría verla por aquí porque sé que tiene muchas cositas chachis que contar. Y de su libro… bueno, ya que os cuente ella. Así creamos más expectativas.

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Javier Gilabert
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