Opinión y Pensamiento

¡Jo, jo, jo, Feliz Navidad 2020!

Feliz Navidad
Collage por Sofía Crottogini

¡Jo, jo, jo, Feliz Navidad 2020!

Feliz Navidad
Prospero año
y Felicidad

¿Quién se atreve a hacer un balance del 2020? Tópicos son en televisión los mejores momentos del año pero este es distinto. Se niega acérrimamente su existencia como si fuera un interludio en blanco. Tampoco hay alguien que diga la frase recurrente de: 2021 va a ser mi año.

¿Qué ha pasado de bueno más que la caída de todas las esperanzas? Pero no pasa nada, está todo bien, va a seguir habiendo Netflix. El porno también seguirá siendo gratuito. La droga, que aunque más cara, como la cerveza, seguirá siendo un recurso imprescindible en casi todos los hogares. Con estos puntos económicos en alza queda mucho para que colapsemos.

El futuro es imprevisible. Lo que es seguro es que no sabemos cómo afrontarlo y que vamos por inercia. Caemos en picado en esta sociedad desencantada e individualista, que se aferra al placer de la comida rápida y la compra de baratijas por Amazon para desentenderse de la realidad. El aumento de la digitalización permite que todo se pueda hacer por ordenador, desde las tramitaciones públicas, la escolarización o las protesta. La juventud está contenta, o por lo menos no desesperada, porque prefiere la virtualidad al mundo real.

Vayamos con tranquilidad, el clima va empeorar y aunque haya un sentimiento ecologista general, la hipocresía es mucho más intensa. Ahora que el agua cotiza esto empieza a ponerse picantón, pero ha dado pie a muchísimos memes tela de graciosos sobre el tema.

Pero esto ya lo sabe todo el mundo y no es plan de regocijarse o cachondearse sobre la mierda. 2020 ha sido un año plagado de Negatividad donde todo lo que creíamos seguro y estable ha desaparecido.

Llevábamos muchísimos años ignorando la Negatividad, como si las guerras que financian nuestro país nunca fueran a alcanzarnos, como si nuestras tensiones sociales y sus contradicciones nunca se fueran a resolver porque gozamos de la pelea sabiendo que no tiene consecuencias, como si mundo ideal fuera una eterna caricia de neoliberalismo.

Sin embargo, ahora que la Negatividad llegó a Europa, preferimos desentendernos de ella y esconderla aunque, por fin, el váter esté atascado y empiece a desbordar. La frase paradigmática de España, y de la clase media sobre todo, es la que se escucha en cualquier Rave clandestina o fiesta familiar: Anda ya, no cortes el ciego, que aquí no se habla de política.

El confinamiento ha sido un penoso ejemplo de negación de la Negatividad. Eso de que «de esta saldremos mejores» no se lo creía nadie. Un confinamiento de verdad, teniendo que relacionarnos con otras personas o con nuestro silencio hubiera sido genial. Un confinamiento en compañía del alcohol, pornografía Premium, videojuegos y series pues tampoco te va a hacer salir mejor.

Fueron 3 meses de droga audiovisual conectado 24 horas entre el teletrabajo y el teleocio, mientras la televisión aumentaba el miedo a la vez que incentivaba la evasión. Incluso los aplausos no fueron una expresión de agradecimiento colectivo, sino la propia individualidad sosteniendo su angustia en el balcón, borrando la Negatividad como si todo fuera a salir bien.

Si no hubiéramos tenido tanta escapatoria audiovisual u otras sublimaciones, el resultado del confinamiento habría sido muy distinto, otra sería la percepción del desastre y poco equilibrada estaría nuestra pasividad. Decir que 2020 es el peor año de la historia es un insulto y demuestra la debilidad y la incapacidad de enfrentar la Negatividad que tenemos. ¿Qué es quedarte en casa rodeado de tecnología y hamburguesas en comparación con estar encerrado en un zulo cayendo bombas? ¿Qué es el subidón del paro por el cese del turismo comparado con la situación general del Congo? Ojalá esta dosis de Negatividad que hemos recibido nos ayudara a tener en cuenta otras en vez de lloriquear.

Feliz Navidad
Resumen de 2020. Collage por Sofía Crottogini

La Negatividad es necesaria para actuar y plantearse el mundo. Desentendernos de ella en el placer, evaporarla en la queja y el resentimiento o perecer en la ansiedad, no nos va a llevar a ninguna parte. Entre la  embriaguez, el cansancio y el dolor de cabeza no somos capaces de afrontar la realidad y nos sentimos impotentes, junto a un estado inútil y un mercado todopoderoso y paternal.

Plagados de inútiles en casi todos los sectores, excepto en los del marketing, nuestro país cae cada vez más hondo en el pozo del Esperpento. Toda la Negatividad que se estaba ocultando ha salido a la luz, incluso la de la Monarquía, cuando nuestro Rey se fue a oriente con sus amigos los camellos.

La relación entre estupidez y mardá rodean España como en el caso de Ayuso frente a la banalidad pseudosimpática de Rajoy. Pero antes de pensar a quien pertenecen las empresas que hacen hospitales cutres con fondos públicos u hornean la pizza de la corrupción, preferíamos no levantar ampollas de Negatividad y lanzar escupitajos de culpas. Fantasmas como el de la ETA eran las dianas a las que lanzarle toda la causa de la Negatividad, ahora esa postura queda ridícula ante la indiferencia que los intereses económicos demuestran sobre la vida.

Mientras que los ciudadanos y ciudadanas sigamos cayendo en estas tuberías para desviar la Negatividad a un enemigo conocido con el que estamos seguros, poca opción tenemos, pobre será nuestro pensamiento y raquítica nuestra cultura política.

Hay que reconocer la Negatividad para transformarla. Perdón por el nihilismo de este artículo, pero es muy difícil salir individualmente de este tono general. En unos años, cuando se destroce la Unión Europea, veremos adonde quedamos. Veremos donde nos deja nuestra obsolescencia de partidos políticos y si nos acercamos a Chile, a Polonia o encontramos nuestra propia vía. Veremos cómo se nos queda la cabeza después de la sobredosis de tecnología y el distanciamiento social del que tanto se habla pero que ya estaba presente antes de la pandemia.

Es una luz al final del túnel que las frases motivacionales de mr. Wonderfull ya no nos interpelen, pero necesitamos nuevas frases, otras motivaciones, revitalizar nuestra alegría y un periodo de desintoxicación. Para tener respuestas constructivas es necesario atravesar la Negatividad, aceptarla y tomar responsabilidades fuera de la resignación o de idealismos ingenuos. Pero no se puede atravesar la Negatividad con más Negatividad, necesitamos respuestas afirmadoras, lejos del conformismo pero también del resentimiento envenenador o de estéticas punkis pseudonihilistas.

Esta Navidad va a ser penosa, y está todo bien, tan penosa y triste como todo el resto del año, como son todas las Navidades en el portal de Belén en Palestina, donde la estrella de los reyes magos cae todos los años en forma de misil. Los años anteriores tampoco fueron mejores, sin embargo, lejos de idealizarlos, el regalo de este es que nos obliga a plantearnos cómo queremos que sean las Navidades siguientes, los años siguientes y lo que se está dispuesto a hacer para llevarlo a cabo.

Fernando Grieta
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