Pablo García Casado: «No existen fronteras entre la poesía y la prosa, solo es una cuestión de intensidad»
Pablo García Casado nació en Córdoba (España) en 1972. Ha publicado Las Afueras (1997), El Mapa de América (2001), Dinero (2007), García (2015) y La cámara te quiere (2019). Sus tres primeros libros aparecen reunidos en Fuera de Campo (2013).
Javier Gilabert: El pasado año vio la luz ‘La cámara te quiere‘, su quinto libro de poesía y en poco tiempo ha acaparado tanto las listas de ventas -hasta el punto de que ya está en marcha una segunda edición- las de libros recomendados, e incluso opta al Premio Andalucía de la Crítica al estar seleccionado este año entre los diez finalistas por la Asociación Andaluza de Escritores y Críticos Literarios. Hacía ya tiempo que teníamos muchas ganas de charlar con él. Así pues, se lo propusimos y, con la amabilidad y la generosidad que le caracterizan, no dudó en dedicar un buen rato a contestar a nuestras preguntas. Como veréis, hablamos de todo un poco…
J.G.: La tuya es ya una larga y consolidada carrera, trufada de premios e importantes nominaciones. Sirva de ejemplo la más reciente, ya que con tu último libro optas al de la Crítica de Andalucía -enhorabuena, por cierto, y te deseamos la mejor de las suertes-. ¿Cuál es tu balance? ¿Cuáles tus perspectivas de futuro?
Pablo García Casado: Muchas gracias. Lo cierto es que no he participado en premios de poesía competitivos y los reconocimientos han sido a obra ya publicada. Pero puedo decir que la poesía me ha tratado bien desde que empecé: dos editores que confiaron en mi poesía; un puñado de lectores fieles; y, lo más importante: algunas de las personas que he conocido por la poesía son mis mejores amigos.
Fernando Jaén: Se observa en tu obra poética un trabajo constante pero con espacios razonables entre la publicación de cada libro. Eso hace que cada obra respire y se aparte un poco de la anterior. ¿Cómo es en tu caso el tiempo de la creación poética? ¿De qué manera planeas cada libro que acometes?
Pablo García Casado: Pues sí que han existido periodos muy grandes de sequía, que tiene que ver con el agotamiento personal. En el fondo, lo nuestro es un poco guerra de guerrillas, sin demasiado plan preconcebido, y al final empiezas a entender que todas esas escaramuzas escondían un decir.
«El mundo ha cambiado y queremos seguir nombrando la realidad con los mimbres del siglo XIX»
J.G.: Sostienes en una entrevista concedida a la cadena SER que «la poesía tiene que acercarse a otros temas, salir de su ombligo y levantar la cabeza, porque están pasando cosas». ¿Qué temas, a tu parecer, quedan aun por abordarse? ¿Qué poetas lo están haciendo en la actualidad y te gustaría destacar?
Pablo García Casado: Sí, lo sigo pensando. El mundo ha cambiado y queremos seguir nombrando la realidad con los mimbres del siglo XIX. Aunque no creo que el problema sea tanto de temas como de actitud, de salir de los confortables territorios rítmicos del castellano; de la retórica melancólica y blanda; de esas zonas templadas, de distancia segura y de buenismo; de poemas como mero ejercicio filológico. Si digo nombres, me dejaré otros muchos, pero creo que con esto ya doy bastantes pistas.
F.J.: En tus primeros libros se percibe la presencia de los arrabales, de las periferias de las ciudades, de sus claros y sus sombras y cómo su ambiente moldea los ojos del que las mira. Me parece un tema muy interesante. ¿De dónde tomas estas referencias? ¿Hay una ciudad para cada poeta?
Pablo García Casado: En las periferias ocurre la vida. En esos bloques de pisos anónimos y sin personalidad alguna vive la gente, cada uno con su historia particular. Bucear en esas historias, saber qué hay más allá… El centro de las ciudades cada vez más es un decorado para turistas.
«En las periferias ocurre la vida»
F.J.: ‘García’ es un libro con estilo renovado que ha marcado tendencia. Recurres a una prosa que me recuerda a Manuel Vilas o Raymond Carver. Un lenguaje cercano que nos acerca a nuestras miserias y virtudes apelando siempre a la sensibilidad del lector. ¿Qué supuso para ti la publicación de esta obra? ¿Cuál es la frontera entre la prosa y la poesía, si es que existe?
Pablo García Casado: Vilas es amigo y comparto mucho con él y Carver es uno de los maestros de la poesía contemporánea. No sé si García ha marcado tendencia, pero para mí ha sido importante pues me enfrentaba a mis propios miedos y perplejidades. No existen fronteras entre la poesía y la prosa, sólo es una cuestión de intensidad.
J.G.: En ‘García’ abordas abiertamente el tema de la paternidad. Al igual que mi compañero Fernando y tú, he tratado ese tema en mis poemas y considero que es, posiblemente, uno de los más difíciles de tocar. ¿Te ocurre a ti lo mismo? ¿Ha cambiado esta experiencia tu perspectiva como poeta, tu voz incluso?
Pablo García Casado: Claro, porque la idea de paternidad ha cambiado en la sociedad de forma radical en las últimas décadas y los escritores actuales no hemos tenido asideros seguros para abordarla. Creo que eso nos ha dado mucha libertad y pensar en ello también ha cambiado mi manera de enfrentarme, en la vida real, a la condición de padre.
«El fútbol se parece a la vida porque es uno de los pocos deportes donde existe el empate»
J.G.: ¿En qué medida tu afición por el cine -no en vano trabajas en la Filmoteca de Andalucía- influye en tu poesía? ¿Se puede combinar la imagen cinematográfica con la poética?
Pablo García Casado: Claro. El cine ha cambiado nuestra manera de ver la realidad. Ha construido iconografías, narrativas, ha explorado territorios por los que la poesía puede transitar. Y viceversa. El cine también se ha nutrido de la capacidad evocadora del lenguaje poético. Son dos artes que se llevan bien.
F.J.: Eres un gran aficionado al fútbol a la par que futbolista amateur. No es el tuyo un caso único: Luis García Montero, Vázquez Montalbán, por citar alguno, son algunos ejemplos de escritores que nunca escondieron su amor a este deporte. ¿Tienes que justificar en algún momento esta «debilidad» tuya (risas)? ¿Qué enseña el deporte a la poesía y a la vida?
Pablo García Casado: Para nada. De hecho, Carlos Pardo me ha retratado en su última novela vestido de futbolista. Seguiré jugando hasta que me respondan las piernas, y aunque no soy muy bueno sí que lo doy todo en la pista. El fútbol se parece a la vida porque es uno de los pocos deportes donde existe el empate. El empate es consustancial a la vida.
J.G.: Al hilo del fútbol… ¿Te atreves a hacernos una selección española de poetas (risas)? ¿Es UCOpoética, en cuyos talleres has participado como docente, una de las canteras más importantes de nuestro país?
Pablo García Casado: Adoro el fútbol. No solo como descanso, sino también como ejercicio intelectual. No me atrevo a ser seleccionador porque me equivocaría y porque para eso hay que ser filólogo y yo no lo soy. Y sí, UCOpoética es una de las mejores canteras porque las cosas se hacen con sentido, desde la base. El trabajo del equipo de cultura de la Universidad de Córdoba y de Javier Fernández ha dado sus frutos.
«UCOpoética es una de las mejores canteras porque las cosas se hacen con sentido»
F.J.: Cosmopoética, un fantástico festival en Córdoba que acoge un crisol de poetas y tendencias artísticas, de consagrados a noveles, sin expectativas prefijadas, es ya un referente literario nacional. ¿Qué relación mantienes con él? ¿Cómo se consigue crear un evento de esta magnitud? ¿Qué aporta a la poesía de nuestra tierra?
Pablo García Casado: Cosmopoética es importante porque hubo antes un trabajo de base de muchos años. Desde la revista Cántico, en los años 50, Antorcha de Paja en los 70, Las actividades de la Posada del Potro en los 80 y 90; la Casa del Ciprés, en los 2000… todas ellas tenían algo en común: tender puentes con lo que estaba pasando en España o en el mundo, y hacia dentro hacer que la poesía sea algo civil, de uso diario. Desde ahí, por supuesto, hubo un impulso institucional y unos equipos que han ido reinventando cada la idea de festival poético dejando a un lado las tribunas y buscando nuevas formas de acercarse al público.
J.G.: Paradójicamente, la pornografía, eje en torno al cual gira ‘La cámara te quiere’, no aparece de forma explícita -y pocas cosas puede haber más explícitas que el porno- entre sus páginas. ¿Qué te lleva a construir esta ¿crítica? de la soledad, de nuestra sociedad de consumo, del abuso de poder? ¿Crees que un/a hipotético/a lector/a consumidor tendría una perspectiva diferente del porno después de leer tu libro?
Pablo García Casado: Mi libro habla del porno pero no es pornográfico. De hecho, no hay ninguna escena explícita porque justo yo quería mostrar lo que hay más allá, lo que no se ve. Ese deseo de indagación, de comprender los porqués, de ponerme en el lugar de, es el origen del libro. Y un segundo mandamiento: no adoptar una postura moral, no decir si está o no bien, que sea el propio lector quien decida.
J.G.: Bueno, pues ha llegado el momento ‘carta blanca’: te toca cerrar esta entrevista como te apetezca.
Pablo García Casado: Dando las gracias a vosotros por acogerme en vuestro rincón y por vuestra lectura atenta de mi poesía. Y si os parece, alguna recomendación cinematográfica, volver a ver ‘La Noche del Cazador’, de Charles Laughton, ‘No Amarás, de Kieslowski, ‘El Sur’, de Erice, o ‘Amarcord’, de Fellini o la primera temporada de ‘True Detective’.
Poemas de Pablo García Casado
(De ‘La cámara te quiere’)
REALITY
En realidad, no ocurre así. No te abordan dos desconocidos, no sonríes, no quieres hacer un castin para una película. Ni por doscientos euros, ni por trescientos. No quieres subir a ese coche. No quieres hacer el castin, ya sabes para qué es el castin. Pero estás en Gran Vía, y sonríes, y subes a ese coche, sí, por qué no. Y haces el castin. Y sabes qué vas a decir, que has estado con algunos chicos. Con chicas sólo una vez, en una fiesta, con Juani, mi mejor amiga. Que tenías un novio, que lo habéis dejado porque era un poco celoso. No tienes fantasías, bueno sí, las tienes, todo el mundo las tiene. Que te abracen bajo la lluvia. Pero dices trío, gangbang, hacerlo con un negro. Hablas de ello a la cámara, dices que te gustaría con un negro. Y aparece Leroy, con gafas de sol y camisa hawaiana.
MOM
Ha traído al bebé. No tenía con quién dejarlo, su hermana estaba en el hospital. Nos hemos ido turnando, hasta Hugo lo ha cogido. Esto no es una guardería, ha dicho Javi. Después se ha puesto a llorar, primero un poco, pero luego más y más fuerte. Entonces ella ha venido corriendo y le ha dado la teta, lo que tiene es sed. Nos hemos quedado ahí todas mirando. Luego se ha quedado dormido.
MUTE
Están hablando de sus cosas. Han cerrado la puerta del despacho, dicen que no les molestemos. Rosa me habla de la comunión de su hija, de lo que cuesta el traje. Que no puede ir a los cursos de la parroquia, que su exmarido lo va a celebrar por su cuenta y va a llevarla a Disneyland Paris. Otro hombre entra en el despacho, tiene aspecto extranjero. Están hablando de nosotras.
WEDDING
Has viajado 300 kilómetros para vestirte como ellas, para pintarte como ellas. Para ser ellas también por unas horas. A tu prima le hará ilusión, pero ya casi no conoces a nadie. Te acuerdas, eso sí, de las avispas del pantano. Del calor y los secarrales, de la piscina municipal y la carretera. Cuando volvías de fiesta, sola o mal acompañada. Tus primas te preguntan qué es de ti, estás muy perdida. Tus primas y sus hijos y sus tareas escolares. Y sus maridos viejos, pegados a la barra libre, todos lo saben. Tus primas, sus maridos. Y tú sabes que lo saben.
EXTREME
Hasta dónde te puedes dejar hacer. En qué momento dices no, ni por todo el dinero. Cuál es el límite del dolor y la obediencia. Eso nunca lo sabes. Nunca llegas a saberlo.
AMATEUR
Sabes lo que está pasando ahí dentro. Y lo que pasará después, ella recogerá sus cosas y no volverás a verla. Nadie hablará del asunto. Tú tampoco.
YOUTOO
También tú, a cualquier hora, pero mejor de madrugada. O en las tardes aburridas de julio, tú también. Quizá tú no, pero sí tu marido, ese fiel compañero, y también vuestra hija. Y el vecino que baja la basura, la que compra en la farmacia, el párroco que nos bendice y clama desde el púlpito. Y el militante de izquierdas, feminista, y todos sus compañeros de partido. También tú.
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