Iniciativas

La Ruta Quiñones: con Fernando en el corazón

Foto de Joaquín Hernández, Kiki

La Ruta Quiñones: con Fernando en el corazón

Por las calles del Cádiz antiguo —Cádiz a secas para los beduinos, los habitantes de extramuros, la parte moderna de la ciudad― un sábado de marzo de cada año, desde hace seis, el asombrado viandante puede observar una marabunta de personas que siguen a una figurita rubia de pelo rizado que va gritando por un megáfono. No se trata de ninguna de esas guías que ilustran a los cruceristas sobre las bondades de Cádiz, ni esa hilera multicolor está formada por despistados turistas ―no al menos en su gran mayoría―. Porque son gaditanos y gaditanas, con algunas excepciones. Gente de Cádiz enamorada de su tierra y del legado y la obra de uno de sus autores más queridos y populares: Fernando Quiñones. Y esa figurita rubia de pelo rizado es Blanca Flores, escritora, poeta y profesora, entre otras hierbas, dado que es una mujer multifacética. Pero más adelante hablaremos de ella.

Blanca Flores

Fernando, nacido en Chiclana en 1930, fue acogido por la capital gaditana como un hijo más. Se dice de su alma, de hecho, que vaga contenta y feliz por la playa de La Caleta, acompañada del pincho con el que el escritor recogía las basuras. No puede haber mejor sitio para el alcalde honorario de la playa más coqueta de la ciudad que su feudo caletero, arrullado entre el sonido de las olas que chocan contra las barquitas atracadas, y el graznar de las gaviotas que buscan los restos de las galletas de la tarde anterior. Y su estatua de cuerpo entero da la bienvenida al visitante en la Puerta de la Caleta, como invitando a todo aquel que lo desee a que recorra el camino que le lleva desde ahí al Castillo de san Sebastián.

Ruta Quiñones Cádiz

¿Por qué una Ruta Quiñones?

Para difundir la obra del autor de, entre otras, «Las mil noches de Hortensia Romero» o «La canción del pirata«, amén de multitud de poesías, ensayos, conferencias, artículos y otros textos ―y, no lo olvidemos, fundador del Festival  Alcances―, un grupo de animosos gaditanos decidió, con el fin de dar voz al compromiso que emanaba de sus textos y que estaba empapado de la realidad gaditana, celebrar una ruta por Cádiz que contemplara como focos principales las zonas, calles, barrios y edificios que hubieran guardado especial relación con Quiñones. Como reza la web de la Asociación de Amigos de Fernando Quiñones ―»mis quiñoncitos» como a mí, cariñosamente, me gusta llamarlos―, el autor personifica el compromiso social con su ciudad. La cultura, el arte, el flamenco, la universidad, las gentes de Cádiz tienen presencia constante en toda su obra, sin olvidarnos por supuesto de sus «mijitas del freidor», una serie de artículos que Quiñones publicó en el Diario de Cádiz. Fernando, un apasionado y experto del flamenco, también difundió esta manifestación del folklore más allá de las murallas de Cádiz o incluso de Andalucía, dignificándola y aportando una pátina de bien cultural de la que quizá adolecía, etiquetada como algo «solamente del pueblo«.

Fernando Quiñones con Camarón y Tomatito en madrid, 1980

Fernando Quiñones con Camarón y Tomatito en Madrid, 1980

Con este ánimo, el grupo del que hablamos, presidido por mi querida rubia del megáfono, decidió que cada primavera, una vez al año, se haría una ruta en la que se leerían textos de Fernando y de otros autores, se cantaría, se bailaría si es preciso… y se comería, porque no olvidemos que la gran fiesta quiñonera culmina con un magnífico arroz que da paso a un puñado de actuaciones en la peña Juanito Villar (se recupera con esto la iniciativa de los dos primeros años, ya que posteriormente el colofón era en el mítico café teatro Pay Pay). Una actividad que en su primera edición, en 2011, reunió a unas doscientas personas, aproximadamente, y que ahora, en 2016, es capaz de aglutinar a mucha más gente, tanto de forma activa con la participación de escritores, poetas y cantautores, como con la de aquellos que prefieren sumarse como espectadores. Increíble, porque yo así lo he vivido, cómo turistas extranjeros y nacionales se iban agregando a la ruta, sin saber muy bien de qué iba aquello, animados por el bullicio de una procesión de locos, loquitos por Cádiz y por la obra y la memoria de Fernando Quiñones, el gaditano que regaló Cádiz a Nadia Consolani, su italiana favorita.

Aunque la experiencia ha crecido muchísimo desde entonces e incluso se ha creado la imposición de las insignias llamadas «Mojarritas de plata», opino que no se ha perdido su inicial carácter íntimo a pesar de la bulla, ese punto de estar entre amigos que comporta cada año participar en la ruta. Y que sea por muchos años más.

Librería Manuel de Falla

Nota: Este año la VI Ruta Quiñones se celebrará el sábado 12 de marzo y partirá a las 10,30 horas de la librería Manuel de Falla, un punto emblemático de la ruta, y que todos los años viste su escaparate de forma espléndida para la ocasión con las obras de Fernando Quiñones. Si quieres participar activamente, envía un correo a. rutaquinonesca@gmail.com

Para más información, podéis visitar el blog de Amigos de Fernando Quiñones 

Belén Peralta
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