Soneto de la puta, la santa y la nena
Una puta, una santa y una nena
quisieron cambiar puestos una tarde.
La santa dijo «quiero ser más bella»,
la nena dijo «quiero ser más grande»,
la puta puso el ojo en las estrellas:
«yo quiero que la vida no me ladre».
La santa puso un camisón de seda,
la nena quiso ponerse un colgante,
la puta en su pezón pintó moreras
que le taparan todos los ultrajes,
vergüenza que la santa ya quisiera
e ignora la dulzura de la nena
pues sangran las cenizas del bagaje
de jóvenes, beatas y rameras.
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