“Taba Jesú crusificao en to lo arto der monte Carvario y, pa má inri, ese día había jugao er Beti y el hombre no podía sufrí más ná y le dijo a un nota romano:
-Senturión, ha’r favó y dame argo de bebé, home.
-No.
-Ha’r favó, miarma, dame argo de bebé que estoy ya jartito.
-Te vi a dá argo de bebé en seguía.
-Cusha, que no que se entera nadie, no vé que son las tré de la tarde y hasé un caló que no vea, que no hay aquí nadie…
-No.
-Ha’r favó, home…
-¿Va sé mu pesao?
-Ha’r favó, cohone…
-Jartible ere…- Y er romano, que tenía más malaje que un pavo escuchando una pandereta, le dio un brebaje ar Jesú que eshó er cuello p’abajo y cuando bebió…
-Me cago’n to tus muerto: ¡QUE ME HA DAO MAHOU EL HIJO PUTA DER ROMANO!”
Para que veáis que esto no es para matar a nadie.
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