Matilde Coral, la llave del baile
“Haberlas, haylas” diría el dicho gallego. De hecho las hay y conocidas por todos.
Están las llaves de la casa, las del coche, las del judo y el karate, las de Matarile y las inglesas. Están también las de madera o aluminio, las que ya no abren nada y las maestras, las llaves a distancia, las heráldicas, las magnéticas, las de oro del cante…
Pero…
¿Qué se sabe de la llave de oro del baile? ¿Hay alguna? ¿En caso de que hubiera quién la tiene?
A estas tres preguntas respondemos hoy en forma de Imprescindibles y de nombre: Matilde Corrales González (Sevilla 1935), Matilde Coral para el mundo del Flamenco. Sevillana juncal donde las haya.
Mujer hecha a sí misma a base de elegancia y de talento, de generosidad y esfuerzo.
Nadie como ella ha sabido encandilarnos con la firme intención de conservar el estilo de baile sevillano, del que es el máximo exponente actual. Braceo, alegría y postura, que ya es mucho. Y en eso nadie mejor que ella.
Porque aunque hayan pasado ya muchos años del Duende y Los Bolecos, de su Negro y de Farruco, y el cuerpo ya no esté para trotes, aún nos queda su manera, que vale más que todo el oro de América. Y en sabiendo que maneras de bailar hay muchas, y haberlas, haylas; pocas son tan vistosas y tan cautivadoras. Heredada escuela de Pastora Imperio, rebosante de cadencia, expresividad, dulzura y pose.
Todo a mano de cualquier interesado en la causa. Todo por el fin y el objetivo de perpetuar la tradición.
Por eso Matilde es la única en tener la llave de oro, tesoro del baile y de su escuela.
Un arte, una escuela y un tesoro. Y su manera la llave que lo abre.
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