Texto por Lourdes Prat Ferrer
Una mirada llena de amor es capaz de vislumbrar el colorido oculto de la madera del palmeral o de los muros del palacio que el califa dedicó a las estrellas.
Cada raíz es una vibración color carmín que nos une a la Madre Tierra.
Cada edificación…una escalera de colores con formas caprichosas que nos acerca al Cielo.
Y Tú, siempre tan cálida, tan despierta, tan viva, siempre tan hada, tan llena de entusiasmo…mirada mía, que puedes ver la Magia y la Cromoterapia que el creador de lo invisible transmite en el Todo de la obra del Divino.
Fortuna del destino, Divina Providencia que nos regalaste esta serendipia para que coincidiéramos en el camino de tus lilas, azules, turquesas, y añiles bañados de plata por la luna, de las sombras del desierto y las rosas que el jinete del turbante sembró junto a las datileras del azar y la torre de las ninfas de la luz.
Rosas llenas de vida que desbordan la pasión de quien celebra con aroma de color la caricia de la dama de agua que las nutrió.
Vislumbres del alma…llenos de color
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