Et in Atlántida ego
«La belleza salvará al mundo».
F. Dostoiesvski
En algún texto anterior sobre el mundo que reflejan las obras de José Alberto López, hacíamos referencia a la creación de un lugar idealizado, una Arcadia. Al igual que esta, su Atlántida —su último y recién estrenado paraíso— está compuesta en torno a líricas escenas de belleza y color.
¿Resulta provocador hablar de belleza en estos momentos convulsos?
Podría serlo si habláramos de anestesia, de huida o de lujos superfluos.
No es el caso. Aquí se muestran paisajes que incitan a sentir, a estar —más que nunca— atentos a lo que nos rodea. La belleza de la naturaleza como propuesta de salvación. Un alivio o en todo caso un arma de defensa, de lucha.
En esta nueva Atlántida, al igual que en sus precedentes series Naturalezas y Arquitextu
Cada una de las piezas aquí incluidas busca —a modo de Paraíso Perdido— un retorno al mundo idealizado de la infancia, un regreso reflejado en un tratamiento ingenuista, casi naif, y en una intencionada huida del manierismo de cualquier investigación pictórica o gestual; pues lo bello no está solo en lo formal, también lo está en la acción, en el impulso, en el soplo vital. A esa presencia de lo bello y lo feliz se le ańade —mediante el color, las texturas y los collages— una elaborada sensualidad orientalizante.
La suma de todo ello es, en definitiva, un homenaje a lo sensorial y a lo sensual, a la belleza y a lo placentero; una apuesta por lo hedónico y por lo utópico, un desafío a lo perverso de la norma y sus ejecutores y una defensa de la libertad de la naturaleza.
Texto de Paco Cano
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