Juanito Valderrama, la voz popular
El cante le llamaba ya desde hace tiempo pero su padre no cedía. El Carbonerillo, Manuel Vallejo o Pepe Pinto habían corrido la misma suerte que «el niño Marchena” al intentar que Juanito Valderrama formase parte de su espectáculo. Condiciones y afición le sobraban pero Juan Valderrama padre se mostraba inflexible.
“Mi hijo no se va de aquí porque se va a convertir en un granuja como tú”, esta fue la contestación clara y meridiana que le dio a Pepe Marchena, del que era muy amigo, cuando éste quiso que su hijo cambiase los olivares por los tablaos.
Fue la Niña de la Puebla la que consiguió que Juanito diese el salto. Para ello tuvo que plantarse en la casa de los Valderrama con su padre de la mano. El niño tenía 14 años.
De Torredelcampo al Teatro Metropolitano, de las compañías de los grandes a su propia gran compañía, de los tablaos al cine y del flamenco a la copla…
El emigrante supo reflejar el sentimiento de la mayoría de los españoles de la época convirtiéndose en un himno en la posguerra, transformando así a Juanito Valderrama en el cantaor más solicitado del momento.
Todo entonces se sobredimensionó: sus actuaciones, su fama, sus ingresos, sus incondicionales y sus enemigos.
Como cantaor le salieron muchos detractores, alternando las peleas en broma con Dolores Abril con las peleas en serio con los mairenistas. Después llegaron el fatídico accidente, los premios y los reconocimientos.
Él, mientras tanto, se vanagloriaba de ser el cantaor más largo, querido y popular de España.
Algo al alcance de uno solo.
Juanito Valderrama, la voz popular
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