Se fue sin avisar
Y poco antes de irse me lió su último cigarro. Lo dejó apoyado en el cenicero de loza granadina, ese que tiene una granada dibujada al fondo en verde y azul intenso. Al lado una libreta, y escritas en ella algunas claves en frases e intentos de aforismos, micropoesía, algunos relatos breves, prosa y enredaderas, mapas conocidos y otros por explorar.
Encuentro un mechero, lo enciendo y le doy un par de caladas antes de ponerme a recoger las cosas que se había olvidado. Un pequeño vistazo a la habitación de la música, para terminar pensando que se fue como vino, mientras releo ese último texto acerca del miedo apuntado en su libreta. «La mayor mentira jamás contada» dejó subrayado.
Es posible que se haya largado a ese pueblo perdido al otro lado de Sierra Nevada que citaba tanto, a vivir de la tierra y a descansar, -llevaba meses como Sísifo con su piedra y su colina- agotado por una sociedad que devora a sus hijos como Saturno mientras fomenta incansablemente mediocridad y el trilerismo.
Puede que antes de ir al pueblo, haya decidido aislarse del ruido y esté meditando en algún refugio remoto por la sierra, en esta época no hay casi nieve y no sería raro que se pasase algunos días buscando su estrella perdida entre laderas repletas de estrellas de nieve… Con un poco de suerte se conservará su memoria en el polvo que el siroco trae hasta las cumbres.
Dondequiera que esté, pronto encontrará la paz, va ligero de equipaje.
También te puede interesar...
- La ruta del mono - diciembre, 2023
- Almendritas y tangos - junio, 2023
- Mawlid - junio, 2023

