Crónicas de conciertos

La estrella soleá

La estrella soleá

Llegaron por la avenida Kansas City para alumbrar con el Evangelio laBienal que ya había homenajeado a Camarón, Mario Maya y don Miguel de Molina (con la exposición Arte y Provocación).

Los cantes populares de Enrique se esparcieron por el Teatro Central de la Isla de la Cartuja bajo una profunda tormenta eléctrica de dimensiones magnánimas. Comenzó la potente misa sonicocósmica con Gloria, como suele ser costumbre, para ir desgranando uno por uno los temas de un disco cuyos seguidores ya lo empezamos a considerar sin miedo a la altura de Omega…

Los Evangelistas. Foto de secretOlivo

Durante el concierto, Los Evangelistas repasaron todo el disco mostrando la trascendencia de la obra más conocida del Ronco del Albayzín, y con todos los músicos a un nivel altísimo; desde la potencia de Eric y la distorsión de Florent hasta el teclado de JJ Machuca, con Jota y Antonio muy concentrados, cantando con el alma, abriendo el flamenco por la senda del rock… Mezclados entre los temas del homenaje, tocaron dos que se quedaron fuera del disco: El Pastorcillo y la Soleá de la Ciencia («Presumes que eres la ciencia / Yo no lo comprendo así / Porque si la ciencia fueras /Me hubieras comprendido a mí / ¿por qué siendo tú la ciencia / No me has comprendido a mí?»), que nada tienen que envidiar a los otros temas… Enrique podría estar satisfecho, es un disco enorme.

Y en parte gracias a la mejor cantaora en activo, Carmen Linares, que llegó —desde Córdoba tras haber inaugurado brillantemente en el Teatro Góngora Cosmopoética— justo a tiempo para terminar de callar a los poquitos que buscaban una ortodoxia que, ya nos enseñaron Camarón y el mismo Enrique, mal planteada suele terminar limitando la creatividad. Su quejío en Delante de mi madre«terminó de convertirles.

(¿Qué hubiera sido de La leyenda del tiempo y Omega con esta gente ciega de ortodoxia?).

Y delante de su madre, Aurora, brilló una espectacular Soleá, bárbara todo el concierto, con una voz que, poniendo el alma como la pone, ilumina tanto como la estrella a la que cantaba… Algo me recordó que la memoria es más fuerte que las piedras… Tiene un gran futuro por delante.

No quiero dejar pasar por alto la espectacularidad de las pinturas de La Pelota… Trazos de dolor, catársis en colores… No había mejor portada. Aurora no dejará de pintar nunca.

Justo antes de que Soleá deslumbrará Sevilla con la Estrella el público pudo deleitarse con la presentación inesperada de unas Alegrías, sin título aún, compuestas/adaptadas por J para el próximo disco de Soleá… Estén atentos.

La tierra, con ser la tierra 
se comerá mi dolor 
al pie del almendro estuve 
y no le corté la flor 

Se agradeció el sonido y la acústica, ambos muy diferentes al Día de la Música en Matadero.

El viernes asistimos a una charla muy interesante; «Enroque» Morente: El acercamiento de Enrique Morente al rock como fuente de experimentos, en la UIA, un coloquio entre amigos de Enrique: J, Arias, Liñán, Gamboa y Ortíz Nuevo para recordar al maestro y sus vínculos con el rock. Tras escucharles hablar y pasar por el concierto, no hay margen para la duda: estamos ante uno de los mejores discos de los últimos tiempos, un brillante homenaje.

¡Viva Enrique!

José Luis Ortíz Nuevo y Gamboa. Foto de secretOlivo

Tono Cano
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