Roberto Alberto: «Lo que me interesa es entender la realidad»
Muchas de sus obras pueden «leerse» como un relato de Carver. O como uno de los escenarios que recreara Bukowski. A la capacidad narrativa contribuyen la luz -o su ausencia-, colores absolutamente nítidos y la precisión y consistencia del dibujo. «OK Corral» conforma una visión hiperrealista ligada a la Norteamérica de los cincuenta, sesenta y setenta que Roberto Alberto muestra en Sevilla a través de C-aps Experience (Aceropuro Showroom) hasta mediados de julio.
Roberto Alberto desarrolla su actividad profesional desde hace más de 15 años. Ha expuesto su trabajo por toda España, además de en Pittsburg, Francfort del Meno, París y Nueva York, y ha logrado numerosos premios, entre los que destacan el Cartel de Fiestas de Primavera de Sevilla de 2002 y su selección por la revista Artis Spectrum de Nueva York como artista emergente destacado ese mismo año. Desde 2004 colabora asiduamente con el Departamento de Lenguas Modernas de la Slippery Rock University de Pensilvania (EEUU), en la que ha sido becado dos veces como “Artist in residence”.
—En tu web, www.robertoalberto.com, recuerdas las palabras de Hopper: “Si pudiera decirlo con palabras, no tendría necesidad de pintar”. Sin embargo, gran parte de tu trabajo está concebido como un relato gráfico. ¿Cómo conjugas palabra e imagen?
—Para mí las dos van de la mano. Pasé mi infancia leyendo tebeos y recuerdo que, cuando aun no sabía leer, recorría todas las imágenes de las páginas montando mi propia historia con ellas. Tal vez ahora recorro el camino de vuelta. Los libros, la literatura, cierta literatura, son una gran influencia para mí, y muy importante en mi trabajo. Cuando leo, lo llevo todo a imágenes, lo entiendo mejor. Cuando pintas, pasas demasiadas horas dentro de la escena y te ves, de alguna manera, formando parte de una historia, cada día diferente. La literatura, la música y el cine siempre están, de forma más o menos evidente, en mis obras. O eso quiero pensar.
—Ok Corral juega con la referencia norteamericana y andaluza. ¿Cómo se interrelacionan ambas?
—Es un poco rocambolesco, la verdad. Tenía mi estudio en el Corral de Artistas de la calle Castelar, cuando Juan Luis y Fernando Roldán (C-aps Experience), vinieron a visitarme para plantearme trabajar con ellos. La propuesta de C-aps era más informal y lúdica que la de una galería convencional, así que ellos solían proponer al artista un nombre para la exposición, un punto de partida que sirviera como planteamiento general. Juan Luis quedó muy sorprendido por el edificio y el entorno del Corral de Artistas, lo decadente y underground del lugar y sus inquilinos. Como muchos de mis temas tienen que ver con la literatura americana del relato corto, del realismo sucio y los años cincuenta, sesenta y setenta, le pareció divertido tirar de la famosa leyenda del western OK Corral para enlazar con la estética decadente del Corral de Artistas.
—¿Por qué el hiperrealismo?
—El hiperrealismo es algo que ha ido surgiendo de manera natural. Es el lenguaje en el que me siento cómodo. Necesito apresar las formas, los tonos, las luces. A mí lo que me interesa es entender la realidad, porque todo lo de ahí fuera es mucho más complejo de lo que creemos. A veces, cuando llevas con una obra cuatro o cinco meses y ves que aun te queda tiempo para llegar donde quieres, te preguntas por qué tuviste que dedicarte a ello, pero solo es un momento de debilidad; luego pasa. Cuando estudiaba era un estilo muy defenestrado; todo el mundo quería ser el nuevo Barceló o el nuevo Tàpies. Joaquín González, catedrático de la Facultad de Sevilla, pensó que era el mejor medio para desarrollar todo mi potencial y me abrió la ventana a los fotorrealistas americanos de los sesenta y setenta. Conecté enseguida con ese lenguaje, con la temática y los aspectos formales. Creo que acertó de lleno y le estoy muy agradecido por ello.
—¿Qué opinión te merece el arte contemporáneo actual?
—Parece que estamos en un momento de reflexión, de pausa y de recomposición. Ya no vale todo y todo ya no puede valer tanto (a pesar de Damien Hirst). Quizás por eso el realismo ha recobrado protagonismo, por ser un valor seguro e indiferente a las modas. Siempre está ahí, y es más cercano a la mayor parte de los espectadores porque nadie tiene que explicarlo. O te llega o no, es una relación fácil.
—¿Cuál es tu concepto de artista?
—Para mí es alguien que ha alcanzado un grado más, que está un peldaño, dos o tres, por encima de lo estrictamente profesional y pulsa algo dentro de nosotros que descubre las emociones que la rutina, el día o día o los demás hacen que escondamos u olvidemos, pero que están ahí. Ése que agita tu ser interior. Los que nos dedicamos a cualquier disciplina artística (o a otro campo profesional) seamos pintores, escultores, directores, escritores o actores, somos profesionales esforzándonos en descubrir y recorrer el camino que lleva a ese estado de conocimiento y conexión con los demás.
También te puede interesar...
- Daniel Mordzinski: Retratos de autor - noviembre, 2013
- Hilvanes (de memoria) - junio, 2013
- Rompemoldes. Y los artesanos encontraron espacio - mayo, 2013

